18.9.09

Argentina:Desaparecidos

SE CUMPLEN TRES AÑOS DEL SECUESTRO Y DESAPARICIÓN DE JULIO LÓPEZ, TESTIGO CONTRA EL GENOCIDA ETCHECOLATZ. EN LAS MOVILIZACIONES SE AÑADE UN NUEVO CASO, LUCIANO ARRUGA, DESAPARECIDO EN ENERO, TRAS SUFRIR MALOS TRATOS EN UNA COMISARÍA


Este viernes se cumplen 3 años de la desaparición del testigo Julio López en Argentina. El 18 de septiembre de 2006 desapareció por segunda vez Jorge Julio López. Había declarado en la causa por genocidio contra el represor Miguel Etchecolatz y pese a las amenazas que recibió durante el proceso, nadie garantizó su seguridad.

El obrero de la construcción de la localidad de Los Hornos, provincia de Buenos Aires, Julio López, ya fue un desaparecido durante la última dictadura militar argentina (1976-1983), cuando fue secuestrado y torturado y finalmente liberado.
Después de más de 25 años de aquello, llegó a un tribunal para brindar testimonio en la causa que investigaba a su torturador, el genocida Miguel Etchecolatz. Tras su testimonio acusatorio, el 18 de septiembre de 2006, un día antes de que se diera a conocer la sentencia contra el represor, Julio López, de 76 años, volvió a desaparecer, esta vez con un gobierno constitucional.

Los organismos de Derechos Humanos que acompañaron al testigo durante el proceso, destacaron que el Estado nunca resguardó la seguridad de quienes brindaron testimonio en los juicios contra los militares golpistas. Y tres años después de su segunda desaparición, no hay ninguna línea fuerte de investigación y desde el Gobierno Nacional prácticamente no se hace mención al caso.

Este viernes 18 de septiembre se realizan manifestaciones en todo el país para exigir la aparición con vida de Julio López y el desmantelamiento del aparato represivo aún vigente.
En las movilizaciones de este año, se añade el caso de un nuevo desaparecido,
Luciano Arruga, de quien nada se sabe desde el 31 de enero de 2009, tras haber sido brutalmente golpeado en una comisaría de Lomas del Mirador, provincia de Buenos Aires.

AUDIO:
Testimonio de Jorge Julio López en el Juicio a Etchecolatz
07 min. 50 seg. (5,38 MB)
archivo mp3


Jorge Julio López, el 30.001

En la Casa de Derechos Humanos ,que comparten varias organizaciones de la provincia de Santa Fe, apareció un volante con su foto y la siguiente leyenda: “Jorge Julio López terrorista 30.001. ¿Quién será el 30.002?” .Jorge Julio López fue durante dos años y medio un desaparecido, pero tuvo el extraño privilegio de sobrevivir para contarlo. Estuvo prisionero en un circuito clandestino de detención que representa el nido de los amos de la vida y de la muerte en esa ciudad de La Plata de tiempos de la dictadura y de la policía comandada por Ramón Camps y su secuaz, Miguel Etchecolatz.

“Tenía cara de mono”, describió López en su primera declaración en los llamados Juicios por la Verdad. No sabía todavía el nombre de ese “mono” que terminó condenado a prisión perpetua y que en los tiempos en que López era una desaparecido acompañaba a Camps en las torturas.

A López le quedó el pecho marcado con los rastros de la picana y por eso ofreció mostrarle sus heridas a los jueces como prueba. Él, junto a tantos otros, lograron así reconstruir con lo que tenían –pedazos de nombres, fragmentos de lugares, terrores y heridas- ese nido de impunidad de la policía bonaerense: lo allí pasaba y quiénes pasaban. Nombraron a los represores y nombraron a sus víctimas.

El 18 de setiembre López iba a terminar un capítulo de esa historia que comenzó cuando lo secuestraron, el 27 de octubre de 1976 y que a lo largo de 30 años tropezó con las más increíbles formas de impunidad. La causa que lo tuvo como testigo puede ser también considerada un nido: solo contabilizando los últimos tropiezos judiciales, tuvo desde marzo de 2000 –fecha en que se llevaron adelante las audiencias de los llamados Juicios por la Verdad- tantas idas y vueltas que cuesta creer que en el momento crucial, López no estuviera allí para escuchar el fallo. Pero no estuvo. No hay metáforas para explicar el por qué: una vez más, nadie vio qué pasó.

“Callate la boca y no digas nada”, le dijeron cuando lo soltaron dos años y medio después, luego de haber soportado cuatro centros clandestinos de detención –el Pozo de Arana, la Unidad de Cuatrerismo, la Comisaría 5 de La Plata y la Comisaría 8, también de esa ciudad- hasta que lo “legalizaron” poniéndolo a disposición del Poder Ejecutivo Nacional en una cárcel, de donde salió finalmente el 25 de junio de 1979.

Pero López habló –como tantos otros- y el represor Miguel Etchecolatz fue condenado. Sin embargo, la historia no terminaba allí: el nido de impunidad que denunció López involucra a –por lo menos- 62 militares y policías. Sólo 7 están detenidos.

Ahora, López volvió a ser un desaparecido. En tanto, el funcionario que en la actualidad oficia como ministro del Interior -Aníbal Fernández- se reunió con el grupo que impulsa la causa por el genocidio cometido por el Estado argentino durante la dictadura, y realizó una revelación asombrosa. Les dijo que la desaparición de Jorge Julio López le produce preocupación, pero que se trata de “un problema provincial”. Adriana Calvo, en cambio, sostiene: “A Julio López lo secuestró la Policía Bonaerense. Y que siga desaparecido es una respuesta a la condena por genocidio contra Etchecolatz”.

¿Dónde está Luciano Arruga?

El 31 de enero de 2009, del barrio 12 de Octubre (La Matanza), Luciano Arruga desapareció sin dejar rastro. Su familia preguntó sin resultado en el destacamento de Lomas del Mirador, donde lo habrían detenido en septiembre de 2008 y lo habrían golpeado brutalmente (asegura su hermana Vanesa. Hay testigos en peligro, hay pistas, hay una causa con casi 11 cuerpos, hay ocho policías apartados y un destacamento en la mira. "Seguimos esperando que el gobernador Daniel Scioli nos atienda, el desinterés termina amparando que la Policía tenga las manos libres para hacer lo que se le cante", denuncia Vanesa Orieta, hermana de Luciano.

Las pistas que se siguieron fueron las declaraciones de vecinos que vieron cómo se llevaban a Luciano de la plaza República Argentina en un patrullero y de dos personas que dicen haberlo visto agonizando en el destacamento. Se detectó por el sistema que identifica a los coches de la Policía (AVL) que un vehículo estuvo en un descampado fuera de su área por unas horas..

El presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (A.P.D.H.), Pablo Pimentel, dijo respecto de la ausencia del gobernador, que "es un despropósito que no haya ido, hay una contradicción enorme en el discurso. Decimos que los derechos humanos son universales y es tan urgente hacer justicia por los 30 mil de entonces como por los que desaparecen ahora".

Vanesa: -"Publicamos una carta con el abogado que decía que cualquier cosa que nos pase es responsabilidad de este sistema político que no está garantizando la seguridad de nadie.Según Celia Cejas Matín, la fiscal a cargo del caso de la UFI N° 1 de La Matanza, "no deberían saber quiénes son los testigos que declararon con identidad reservada, nadie tiene acceso, ni siquiera otras fiscalías". Hay ocho personas que están apartadas de su cargo: el Principal del Destacamento fue removido en abril y muchos de los policías que allí trabajaban. Además, en la Comisaría N° 8, de donde depende el destacamento, Manuel Canosa reemplazó al anterior comisario. En la comisaría no quisieron hablar con el Sí!.-Desde el primer momento pensaste que la Policía tenía responsabilidad".

-Vanesa: " Algo me hacía volver al destacamento, la cara con que me atendían. "Lo hubieses cuidado antes", me decían. Me iba con la sensación de que sabían algo y no erré. Sé que ahí se tortura. Les apagan cigarrillos en el cuerpo a los detenidos".

-¿Creés que hay otros desaparecidos que no se sabe de ellos?
-Vanesa: "En un festival se acercaron y me dijeron que hay un chico de Villa Antena que está desaparecido desde hace siete años. Lo único que apareció fue la moto en la comisaría N° 8".

-¿Por qué Luciano?
-Vanesa:"Le tenían bronca. Lo detenían irregularmente, lo paraban y le decían "negro de mierda". El me contó que le habían ofrecido robar para ellos. Le ofrecieron las armas y protección: o sea que si entraba preso, salía al toque. Luciano rechazó ese ofrecimiento. Y después, te la tenés que bancar".


¿Y Julio López?
Por María Soledad Anselmino
Agencia NOVA


Hace tres años desapareció Jorge Julio López, testigo clave en el juicio contra el genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz.

A fines del 2008, Néstor Kirchner afirmó en la ciudad de La Plata que tiene "dudas" de que Jorge Julio López "siga con vida", y enfatizó: "Este hecho terrible muestra que hay muchos que siguen organizados para que no haya justicia en Argentina". Lo dijo como si hablara desde lejos y afuera, como un ciudadano consternado ante las imágenes que le devuelve la televisión; y no como el presidente bajo cuyo mandato ocurrió este hecho.

Hace tres años, Kirchner dijo que "vamos a proteger todo el camino en la lucha por la verdad", y afirmó que el Gobierno "está trabajando con todo lo que tiene" para encontrar a López. Hace dos años, el Colectivo Justicia Ya! de derechos humanos denunció que "en la causa judicial donde se investiga el secuestro y desaparición de Jorge Julio López se refleja la falta de voluntad política para esclarecer el caso por parte de todos los organismos del Estado y las fuerzas de seguridad intervinientes".

Julio López no está. Y los responsables políticos evaden con luces de colores la sombra que les marca su incoherencia.

Diecinueve meses demoró la Justicia en dictaminar que la causa debe caratularse como "desaparición forzada". En abril del 2008, después de más de un año de denuncias de irregularidades, la Policía Bonaerense fue finalmente apartada de la investigación por el secuestro de López.

La desaparición de Jorge Julio López sufrió, a su vez, su propia desaparición. Se desvaneció de los medios corporativos de comunicación. Faltó en los discursos de otros el que se jugó por ponerle el cuerpo a su voz. Lo que su mente conservaba intacto pese al paso de los años. Había contado su verdad, pariendo la memoria para lograr justicia.

En el mes de marzo del 2008, el genocida Luciano Benjamín Menéndez pudo explicar por qué se considera "un fiel soldado de esta Nación". Tuvo la posibilidad de ratificar la mentalidad fascista que sustentó el terrorismo de Estado. Pudo narrar con horrorosa frialdad lo que hizo, lo que piensa, contando con las garantías que le faltaron a López.

Pero la impunidad siempre tiene un límite.

Aunque el olvido generalizado quiso sepultarlo en el vacío de la indiferencia, su imagen interpela, su voz moviliza, su falta despierta. Pretendieron callar las palabras que abrían las puertas a la memoria. Demostraron que siguen vigentes.

El silencio puede ser conjurado con palabras. La ausencia, resaltada con presencias. La verdad escondida por la impunidad y la (in) justicia. Hace tres años desapareció Jorge Julio López. Un número redondo.

Pero hay quienes cuentan cada día sin López. Hoy, volverán a afirmar y subrayar el repudio al mecanismo político y social que permite esta ausencia.

Levantemos una copa, reivindiquemos su coraje y valentía y exijamos Justicia en su nombre.

¡Aún te estamos buscando!


(Fuentes: Agencia PÚLSAR, Tucumán Noticias, Sí-Clarín y Agencia Nova)

1 comentario:

James dijo...

There are a lot or travelers but almost all of them have the same problem and that is they don't have any place to stay where they are traveling, here's the best place for you to stay when you travel Argentina.


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