Una semana después de que se supiera que el obispo negacionista y pro nazi Richard Williamson vive en Argentina , la Conferencia Episcopal de este país ha anunciado mediante su portavoz, Jorge Oesterheld, que “no tomará ninguna acción respecto al religioso y la Fraternidad Pío X”.
El diario on-line Crítica de la Argentina reveló que Williamson da clases en el seminario ultraconservador del santuario de Nuestra Señora Corredentora, de La Reja, Moreno. Sin embargo, el portavoz del Episcopado negó el contacto de la iglesia 'oficial' con el obispo que niega el holocausto. "No sabíamos que estaba el obispo en la Argentina”.
La Conferencia episcopal argentina ahora , tras el cambio de rumbo del Vaticano, que primero apoyó al obispo pro nazi y, tras la protesta del gobierno de Alemania, le instó a rectificar, ha tomado distancia de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X a la que pertenece Williamson. "Acompañamos al Vaticano en la decisión de pedirle que se retracte y que acepte el Concilio Vaticano II", dice ahora Oesterheld.
Williamson dirige el único seminario tradicionalista lefebvrista de la Argentina, ubicado en la localidad de La Reja, en el oeste del Gran Buenos Aires. El obispo británico se encuentra recluido en el seminario, sin atender a la prensa ni tomar contacto con el exterior, desde que se desató el escándalo con la difusión de sus polémicas declaraciones.
En una entrevista grabada en Alemania en noviembre de 2008, Williamson afirmó: "No existieron las cámaras de gas", aseguró mientras explicaba que: "Las evidencias históricas están inmensamente en contra de que seis millones de judíos murieran asesinados en cámaras de gas como parte de una política de Adolfo Hitler". Williamson sostuvo además que sólo "2 o 3 mil judíos murieron en ese período en campos de concentración, y ninguno de ellos en cámaras de gas". Las palabras sonaban aún más crueles justo cuando el mundo recordaba a las 6 millones de víctimas del Holocausto.
La entrevista fue emitida por la televisión sueca el 21 de enero. Ese mismo día, el papa Benedicto XVI firmó los decretos que revocaban la excomunión automática en la que habían incurrido Williamson y otros tres sacerdotes al ser ordenados obispos sin las licencias del Vaticano de manos del arzobispo tradicionalista Marcel Lefevre, lo que generó en su día el mayor cisma de tiempos modernos dentro de la Iglesia católica.
El obispo pro-nazi, 'descansa' en La Reja
"Si está, no va a hablar", con estas palabras en las puertas del Seminario Nuestra Señora Corredentora, el cura francés Jacques Barrou confirmó que monseñor Richard Williamson -el obispo que niega el Holocausto. "El padre Williamson está descansando, ya que en este momento no hay clases". El padre Barrou confirma que Williamson vive allí -a unos 40 kilómetros de Buenos Aires- de manera estable.
En el seminario donde da clases el obispo más criticado del momento varios jóvenes ultraconservadores, ahora de vacaciones, estudian. El sitio fue elegido por el fundador de la congregación, el arzobispo francés Marcel Lefebvre, quien protagonizó hace dos décadas el cisma católico por sus posturas reaccionarias. El cura murió en 1991 pero sus seguidores siguen siendo casi 600 mil en el mundo. El sitio, donde ayer "descansaba" fue elegido por Williamson porque "sería el país más adecuado en Latinoamérica para lanzar la misión de la sociedad de formar curas".
"Estamos a la defensiva con todo lo que pasó", dice el sacerdote Álvaro Calderón Viste, como los demás curas , una sotana negra hasta el suelo y nervioso, recponoce la orden de no hacer comentarios sobre el tema recibida de sus superiores. "Está todo muy turbulento. Supongo que Williamson y la Fraternidad estarán elaborando una declaración sobre lo que pasó, no lo sé", dice el clérigo, quien es profesor del seminario. No quiere dar detalles sobre el británico, aunque revela que éste cumple con sus rutinas y da misa "como siempre".
Tres veces al día, la iglesia del seminario Nuestra Señora Corredentora abre sus puertas para oficiar misa en latín y , según el rito tridentino, de espaldas al pueblo, el sacerdote se planta frente a varias decenas de devotos, que los domingos suman un centenar. La mayoría de los asistentes son mujeres que visten falda y mantillas sobre la cabeza, para cumplir con la petición de "velar por la decencia" que figura en un cartel a la entrada.
Es una misa silenciosa, en un templo descomunalmente grande para el número de asistentes . Se escucha sólo el murmullo del sacerdote leyendo del misal en latín, y el tintineo incesante de la campanilla, a cargo de un monaguillo.
Es una misa silenciosa, en un templo descomunalmente grande para el número de asistentes . Se escucha sólo el murmullo del sacerdote leyendo del misal en latín, y el tintineo incesante de la campanilla, a cargo de un monaguillo.
El seminario tiene también una escuela, en la que el orden y la disciplina son pilares básicos de la educación de los niños. Según un vecino de este barrio de casas bajas y calles de tierra, la acción de "los curas" marca una diferencia.
"Dan clases de guitarra, por ejemplo... y los chicos que asisten a su escuela parecen salidos de una película. Son mucho más educados, uno lo nota enseguida.
Cuando Lefrebvre ordenó como obispos a Williamson, a Bernard Fellay, Bernard Tissier de Maillerais y a Alfonso de Galarreta, Juan Pablo II los excomulgó en 1988. El decreto de Benedicto XVI del sábado pasado perdona la excomunión en pos de "estabilizar las relaciones con la hermanad". Desde Suiza, y tras el cambio forzado del Vaticano, La Fraternidad de San Pío X prohíbe al prelado que haga cualquier manifestación pública sobre temas políticos o históricos y se despega de Williamson: "Las afirmaciones de Williamson no reflejan en ningún caso la posición de nuestra Fraternidad", dijo el superior de la orden, el obispo Bernard Fellay.
Argentina, refugio de criminales nazis
Argentina, refugio de criminales nazis
En los caóticos días que siguieron al fin del imperio de Hitler en Europa, por lo menos 180 criminales de guerra lograron obtener refugio en la Argentina, ya sea utilizando pasaportes del país o de la Cruz Roja, o recibiendo la ayuda del gobierno del filo nazi Juan Domingo Perón o de miembros de la Iglesia Católica.
Esta es la conclusión a la que llegó un informe realizado por la Comisión para el Esclarecimiento de las Actividades del Nazismo en la Argentina (Ceana).
Argentina fue refugio de criminales nazis de la talla de Adolf Eichmann o Joseph Mengele, con la complicidad activa de sus autoridades. Pero subsiste el empeño de ocultar el antisemitismo imperante en círculos oficiales, que llevó a la muerte a un centenar de judíos argentinos.
Todavía hoy la cancillería argentina rehuye demandas interpuestos desde 2001 por varias organizaciones para que se difunda una circular secreta firmada en 1938 por el titular de ese ministerio, ordenando a cónsules argentinos en Europa negar visados a ”indeseables o expulsados”, en alusión a ciudadanos judíos de ese continente. Esas entidades, el Centro Simon Wiesenthal y la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, reclaman además infructuosamente a la cancillería que fundamente la decisión adoptada en 2001 de colocar una placa en la sede del ministerio en honor a 12 diplomáticos argentinos por haber sido ”solidarios con las víctimas del nazismo”. Investigaciones recientes revelaron que al menos uno de esos honrados ignoró reiteradamente la suerte de un centenar de judíos argentinos que vivían en Grecia, Holanda y Polonia. Los demás funcionarios, en el mejor de los casos, se limitaron a cumplir con su labor consular de facilitar trámites de salida para ciudadanos de su país, afirman los denunciantes. Desde hace años, las dos organizaciones piden a sucesivas autoridades diplomáticas que difundan la circular ”reservada y estrictamente confidencial”,firmada por el canciller José María Cantilo en 1938, y hallada 60 años después en la sede de la embajada en Suecia por la investigadora argentina Beatriz Gurevich.
Según Sergio Widder, del Centro Simon Wiesenthal que trabaja por la captura de criminales de guerra nazis en todo el mundo, podría haber aún unos 15 oficiales del nazismo ocultos en Argentina, pero la morosidad de la investigación impide avanzar en las capturas.
En el libro ”La auténtica Odessa”, del periodista argentino Uki Goñi en 1942 el jefe de la Oficina Principal de Seguridad del régimen alemán, Reinhard Heydrich, reunido con otros jerarcas nazis para abordar la llamada ”solución final a la cuestión judía”, planteó que la deportación masiva era imposible por el cierre de fronteras de terceros países a la inmigración judía, lo que determinó el destino de millones de personas exterminadas en campos de concentración. El autor afirma que ”probablemente ningún país tomó medidas tan extraordinarias para cancelar sus permisos de entrada a los judíos como Argentina”. El libro relata además los detalles de la red de rescate de funcionarios nazis alemanes y de regímenes afines --tras la derrota de Alemania--, organizada por el primer gobierno de Juan Domingo Perón (1946-1955), que facilitó su huida de Europa. Según Goñi, la circular de la cancillería argentina --anterior al gobierno de Perón-- ”estaba destinada a que ninguno de los judíos que huían de Adolf Hitler llegaran a Argentina y, por tanto, confirma la justificación esgrimida por Heydrich de que la cancelación de permisos de entrada por parte de países extranjeros había demostrado que la emigración no era una solución viable para la cuestión judía”.
En cuanto a los diplomáticos argentinos cuestionados, Goñi aporta en su libro testimonios documentales que incriminan a uno de los homenajeados, el secretario de la embajada argentina en Berlín en los años 40, Luis Irigoyen. A pesar de los intentos de oficiales alemanes para que Buenos Aires, neutral en la guerra, repatriara a judíos argentinos de los países bajo dominación nazi, el diplomático negó visas a un centenar de compatriotas que residían por entonces en Polonia, Holanda y Grecia, luego trasladados a los campos de exterminio de Auschwitz y Bergen-Belsen.
La red de protección a nazis fue establecida por Perón, fundador y líder del Partido Justicialista, el mismo que gobierna Argentina desde 1989, con un breve interregno de dos años, entre fines de 1999 y fines de 2001. El presidente peronista Néstor Kirchner viajó a Alemania y recorrió junto a su esposa, la hoy presidenta senadora Cristina Fernández, el campo de concentración de Dachau, por el que pasaron unos 200.000 prisioneros, 45.000 asesinados en las cámaras de gas. Kirchner y Fernández recibieron al menos dos cartas de la fundación Wallenberg, reclamando la difusión y derogación de la circular de 1938 y la remoción de la placa, si no se hallara documentación para fundar el homenaje. Las cartas no han sido contestadas. Al retirarse de Dachau, Kirchner lamentó que el Holocausto hubiera ocurrido ”con el silencio y la complicidad” de civiles, y consideró que Alemania, al exponer abiertamente de aquellos campos de exterminio, es ”un modelo a seguir para hacer que una sociedad avance sin olvidar ni negar su pasado”.
(Fuentes: Crítica de la Argentina, Diario La Prensa-Buenos Aires, Clarín,BBC-Mundo e IPS )
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