El presidente electo de El Salvador, Mauricio Funes, afirmaba tras conocer su triunfo, ante miles de sus simpatizantes que inundaron las calles de San Salvador, que ha llegado "el turno del ofendido" y anticipó que gobernará bajo la inspiración del arzobispo asesinado Óscar Arnulfo Romero. La victoria del candidato de la antigua guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) acabó con 20 años de Gobiernos consecutivos de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
"Ahora es el turno del ofendido, ahora es la oportunidad de los excluidos, ahora es la oportunidad de los marginados, ahora es la oportunidad de los auténticos demócratas", dijo el vencedor. Funes parafraseó el titulo del libro "El turno del ofendido" de Roque Dalton, el guerrillero y gran poeta salvadoreño que fue asesinado en mayo de 1975 por sus propios compañeros de armas. Y dijo también que su ascenso al poder lo dedica "a un santo que ilumina al pueblo salvadoreño, a nuestro obispo mártir monseñor Óscar Arnulfo Romero". El obispo Romero, fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un comando de ultraderecha que actuó por órdenes del mayor Roberto d'Aubuisson, fundador de ARENA.
"Gobernaré como Monseñor Romero quería que los hombres de su tiempo gobernaran", dijo Funes, al recorar que el obispo pedía desde el púlpito que los gobernantes escucharan "el clamor de justicia del pueblo salvadoreño". El presidente electo dijo que sus principales "armas" para gobernar será la Constitución de la República y la Biblia."Gobernaré con el apoyo de los salvadores, incluyendo a los que este día no votaron por mi, no votaron por el FMLN, porque soy el presidente de todos los salvadoreños" dijo ante la multitud.
El Salvador tiene una tasa de pobreza del 35% y un 40% de desempleados y empleos precarios. El país centroamericano es bastante dependiente económicamente de Estados Unidos . Con 7 millones de población residente en territorio nacional, otros 2,5 millones de salvadoreños viven en Estados Unidos.
Las banderas FMLN, símbolo de la victoria sobre el miedo
Banderas y camisetas rojas invadieron la capital salvadoreña, al grito de "Sí se pudo", después de la histórica victoria de la ex guerrilla en las elecciones presidenciales. El ex periodista Mauricio Funes, del Frente Farabundo Martí derrotó por 2,6 puntos (unos 68,147 votos) al ex jefe de policía Rodrigo Ávila de ARENA. La estrecha diferencia entre los candidatos refleja sin vueltas un país dividido casi en mitades: 51,3 por ciento para Funes y 48,7 para Ávila, sobre un total de 2,4 millones de personas que acudieron a votar.
Los automóviles y camionetas con banderas rojas con las letras blancas de "fmln" (en minúsculas) se veían por todas partes cuando se conocieron los resultados. Los "areneros", en cambio, se replegaron. No será fácil la labor de reconciliación que tendrá Funes, con las heridas de la guerra civil de 1980-1992 todavía abiertas y los temores generados por ARENA con una campaña de pánico anunciando que se hundiría el país si llegaba el "comunismo".Pero Funes, que asumirá 1 de junio y carece de una mayoría propia en el Congreso, extendió rápidamente una rama de olivo: "Mi gobierno estará animado por el espíritu de la unidad nacional".
Tanto en el discurso de proclamación de su victoria como en los festejos de la noche, Funes trató de espantar los fantasmas: se respetará la propiedad privada y la democracia, se escuchará a la oposición, no habrá dependencia de gobiernos extranjeros (léase Hugo Chávez, el "ogro" que usó ARENA durante toda la campaña para quitarle votos al FMLN), habrá estabilidad macroeconómica.
Los desafíos del primer presidente del FMLN
“Estamos iniciando una nueva etapa de nuestra historia. Por primera vez llegan a la presidencia y vicepresidencia de la República los nominados por un partido de izquierda”, dijo Mauricio Funes en su primer mensaje a la nación.
El mandatario electo prometió conducir a El Salvador hacia la reconciliación, el progreso y la justicia social y favorecer a los sectores históricamente excluidos. El Salvador vivió una guerra entre 1980 y 1992, que lo desangró. En ella se enfrentó el FMLN con la dictadura y con la derecha, con el resultado de 75.000 muertos y unos 7.000 desaparecidos.
Funes llega tras 20 años de políticas neoliberales aplicadas por ARENA en las que privatizaron la electricidad, la banca y las telecomunicaciones y se acentuó la pobreza, que hoy alcanza a casi 40 por ciento de la población.
El país también sufre las consecuencias del abandono de la moneda nacional, el Colón, que fue sustituido por el dólar, lo que provocó un encarecimiento generalizado del coste de la vida.
Además, El Salvador, es uno de los países más violentos del mundo, con 12 muertos diarios.
La delincuencia y la miseria son las causas primeras de la elevada tasa de emigrantes: casi tres millones de salvadoreños residen en el exterior, en su mayoría en Estados Unidos.
El país también sufre las consecuencias del abandono de la moneda nacional, el Colón, que fue sustituido por el dólar, lo que provocó un encarecimiento generalizado del coste de la vida.
Además, El Salvador, es uno de los países más violentos del mundo, con 12 muertos diarios.
La delincuencia y la miseria son las causas primeras de la elevada tasa de emigrantes: casi tres millones de salvadoreños residen en el exterior, en su mayoría en Estados Unidos.
Un panorama que explica en parte el resultado de estas elecciones. La ciudadanía se decidió a votar por el cambio, a pesar de la campaña propagandística de miedodesarrollada por ARENA con el apoyo de los recursos del Estado. En una encuesta efectuada semanas antes de los comicios, más del 80 por ciento de los consultados consideraban que con las sucesivas administraciones 'areneras' los problemas económicos del país se han agudizado, y aspectos como el desempleo y el alto costo de la vida golpean con mayor fuerza a la ciudadanía. El 62,7 por ciento afirmaba que ARENA "no debe gobernar más", y el 54,5 por ciento de los consultados consideraba al FMLN preparado para asumir las riendas .
Dentro del programa de gobierno del FMLN se prevé generar empleos, reducir el costo de la vida y mejorar la salud y la educación, así como implementar planes para erradicar las causas de la violencia.
También se contempla el fortalecimiento de la institucionalidad del Estado, la lucha contra la corrupción, el desarrollo rural, la creación de una red de seguridad alimentaria para proteger a grupos vulnerables y una economía comprometida con el bienestar social.
También se contempla el fortalecimiento de la institucionalidad del Estado, la lucha contra la corrupción, el desarrollo rural, la creación de una red de seguridad alimentaria para proteger a grupos vulnerables y una economía comprometida con el bienestar social.
Figuran, además, medidas para enfrentar las consecuencias de las actuales turbulencias globales, las cuales tendrán un gran impacto en el país centroamericano por la dependencia de Estados Unidos debido a la dolarización, al Tratado de Libre Comercio y la dependencia de las remesas.
El plan para un nuevo El Salvador tiene como principales objetivos sacar al país de la crisis, tomar la ruta hacia el desarrollo y construir y consolidar la democracia y el Estado de derecho.
El plan para un nuevo El Salvador tiene como principales objetivos sacar al país de la crisis, tomar la ruta hacia el desarrollo y construir y consolidar la democracia y el Estado de derecho.
El candidato mediático del FMLN
Mauricio Funes, Licenciado en Letras, comenzó en 1986 su práctica periodística como reportero del Noticiero Tele 10. Posteriormente, trabajó en Al Día, espacio informativo del Canal 12, cubriendo la Asamblea Legislativa. En 1991 estuvo entre los fundadores del Centro de Audiovisuales de la UCA (Universidad Centro Americana) regentada por los jesuítas y de la Radio YSUCA. Entre 1997 y 2003, condujo el segmento editorial Sin Censura, dentro del Noticiero Hechos, de Canal 12, donde frecuentemente criticó la actuación gubernamental, así como otros temas polémicos de interés nacional.
Durante su carrera periodística ha entrevistado a personalidades como João Baena Soares, Javier Pérez de Cuéllar, César Gaviria, Hugo Chávez, Fidel Castro (en 2000), Luiz Inácio Lula da Silva y al ex Comandante del FMLN, Joaquín Villalobos, siendo la primera vez que un comandante de la guerrilla concedía una entrevista a un medio de prensa nacional. En 2007 fue propuesto como candidato presidencial de la coalición FMLN para las elecciones de marzo de 2009. La Universidad Centroamericana (UCA) José Simeón Cañas, calificó la nominación del periodista de 48 años, como una de las "mejores decisiones" de la entonces principal fuerza opositora del país.
Tras perder las generales del 2004 frente a ARENA, en el poder desde 1989, el Frente decidió elegir un candidato con una imagen diferente a la del fallecido líder Shafik Handal, quien se presentó en esa ocasión.
La imagen de Handal fue sepultada entonces por una campaña mediática de terror contra la agrupación de izquierda y sus principales representantes
La imagen de Handal fue sepultada entonces por una campaña mediática de terror contra la agrupación de izquierda y sus principales representantes
El Salvador: Un gobierno de unidad nacional
Por Oscar Pérez (*)
Mauricio Funes, periodista de profesión y representando al partido de la ex guerrilla salvadoreña, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), será a partir del próximo uno de junio, el primer presidente de izquierda de la historia de El Salvador. El FMLN, quien sacó en estas elecciones del poder al partido de derecha, después de 20 años consecutivos, abre un nuevo capítulo, ya que durante la mayor parte del siglo pasado el país se caracterizó por regímenes militares de derecha.
Con casi la totalidad de las actas escrutadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), Mauricio Funes ha sido declarado como el nuevo presidente electo por una abrumadora cantidad de salvadoreños y salvadoreñas que acudieron a las urnas el pasado 15 de marzo. Según estimaciones no oficiales, el número de votantes estaría alcanzando un 70% de más de 4 millones de habitantes registrados en el padrón electoral, porcentaje mayor que el registrado cuando se eligió al último presidente de la derecha salvadoreña.
Casi al filo de la media noche del día de las elecciones, la cúpula del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) reconoció el triunfo del partido de izquierda FMLN. “Seremos una oposición constructiva pero vigilante de las libertades del pueblo salvadoreño”, declaró reiteradamente Rodrigo Ávila, candidato por ARENA a decenas de seguidores que se encontraban cariacontecidos en el local principal del partido. En su discurso, refiriéndose a su instituto político, señaló que “es un partido fuerte, un partido unido, en estos momentos es cuando más nos tenemos que unir”, quizás adelantándose a la tormenta interna que se le avecina al partido, pues figuras históricas de ARENA ya habían exigido públicamente reformas profundas en la dirección y en la forma de hacer política del partido de derecha.
Paralelamente al saludo diplomático que hacían muchos mandatarios latinoamericanos al presidente electo, el actual presidente de El Salvador, reconoció y saludo telefónicamente el triunfo del efemelenista Mauricio Funes. Por su parte, el gobierno de los Estados Unidos, por medio del portavoz del Departamento de Estado, Robert Wood, declaro que esperaban “trabajar con el nuevo gobierno de El Salvador en nuestra agenda bilateral… El pueblo de El Salvador tomó una decisión, y la voluntad del pueblo necesita respetarse.”
En su primera aparición, en la que se declaró vencedor, Funes, acompañado de su esposa y de su compañero de fórmula, rodeado por la dirección de su partido, dio a conocer por medio de un breve discurso ya como presidente electo las principales líneas de su gobierno. Prometió respetar la Constitución y el régimen de libertades, convirtiendo al país en la economía más dinámica de Centroamérica y fortaleciendo las relaciones con Estados Unidos.
Funes inició su primer discurso agradeciendo a sus votantes, a su partido, a su familia, a su equipo, y a sus amigos. En este momento, el país entero se paralizó, pues todos los canales de televisión y las radios formaban una sola cadena, comunicando las primeras palabras del presidente electo.
Funes inició su primer discurso agradeciendo a sus votantes, a su partido, a su familia, a su equipo, y a sus amigos. En este momento, el país entero se paralizó, pues todos los canales de televisión y las radios formaban una sola cadena, comunicando las primeras palabras del presidente electo.
“Lo he dicho y lo repito, mi gobierno estará animado por el espíritu de la unidad nacional. La construcción de la unidad nacional exige dejar de lado ya, en este mismo instante, la confrontación y el revanchismo”, dijo. Luego proclamó: “Gracias al mandato que me ha otorgado el pueblo salvadoreño me convierto, sin lugar a dudas, con los datos escrutados hasta el momento y dados a conocer por el Tribunal Supremo Electoral, en el presidente electo de todos los salvadoreños”.
En su discurso, que para muchos analistas estuvo bien estructurado, ofreció la mano a sus ahora opositores, antes contrincantes de elección: “Como presidente electo de todos los salvadoreños y salvadoreñas, buscaré beneficiar a la mayoría de la población, independientemente de sus preferencias políticas. Saludo a mis adversarios con respeto, reconozco su empeño y les expreso mi disposición al intercambio libre de ideas, en función de los intereses nacionales y el fortalecimiento de la democracia. Ahora desde este momento el partido Arena pasa a la oposición”. Palabras acompañadas por gritos de alegría y olas de aplausos por los cientos de simpatizantes que rodeaban al nuevo presidente.
En su discurso, que para muchos analistas estuvo bien estructurado, ofreció la mano a sus ahora opositores, antes contrincantes de elección: “Como presidente electo de todos los salvadoreños y salvadoreñas, buscaré beneficiar a la mayoría de la población, independientemente de sus preferencias políticas. Saludo a mis adversarios con respeto, reconozco su empeño y les expreso mi disposición al intercambio libre de ideas, en función de los intereses nacionales y el fortalecimiento de la democracia. Ahora desde este momento el partido Arena pasa a la oposición”. Palabras acompañadas por gritos de alegría y olas de aplausos por los cientos de simpatizantes que rodeaban al nuevo presidente.
Un eje clave de sus promesas está radicado en intentar levantar una economía en crisis. “Construiré una economía dinámica eficiente y competitiva y promoveré la creación de una amplia base empresarial. Nuestro propósito es convertir a El Salvador en la economía más dinámica de Centroamérica. A ese esfuerzo, invito a todos los empresarios medianos, grandes y pequeños, a que contribuyan a la construcción de un nuevo país”.
Antes de que los empresarios entren en pánico por este cambio de gobierno, pues no tienen experiencia de trabajar con un gobierno de izquierda, subrayó: “El régimen económico establecido por la Constitución de la República es la propiedad privada, ésta y la seguridad jurídica tendrán el mayor respeto y serán objeto de atención especial. La estabilidad macroeconómica y el ejercicio fiscal responsable serán objetivos que se realizarán con transparencia y fieles a las instituciones democráticas”.
Buscando definir lo que será su política exterior dijo “Fortaleceré las relaciones internacionales e implementaré una política exterior independiente, basada en la protección y fomento de los intereses nacionales. La integración centroamericana y el fortalecimiento de las relaciones con Estados Unidos serán aspectos prioritarios en nuestra agenda de política exterior”.
Es de resaltar que en varias ocasiones, Funes reiteró su deseo de apegarse a la Constitución: “Mi gobierno tendrá un compromiso incondicional con la Constitución, la democracia y la vigencia plena del estado de derecho, trabajaré incansablemente por el régimen de libertades y el respeto escrupuloso a la crítica y a la libertad de expresión y a todos los cultos religiosos”.
Durante su discurso de proclamación como presidente electo, Mauricio Funes también destacó el mensaje "profético" de Monseñor Oscar Arnulfo Romero e indicó que la "opción preferencial por los pobres" del arzobispo mártir será "la ruta" de su gobierno. Dijo: "Trabajaré por el bienestar general, buscando favorecer en el ejercicio público principalmente a los sectores populares empobrecidos y excluidos". Quizás por ello, el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, elogio al presidente electo, al declarar "Tener un presidente que invoca a Monseñor Romero para que le guíe el camino, y que promete vivir lo que le enseñó, es un cambio radical".
(*) Oscar Pérez, periodista salvadoreño, corresponsal de la Agencia PÚLSAR y Presidente de la Fundación de la Comunicación para el Desarrollo (COMUNICANDONOS).
(Fuentes: Radio La Primerísima, Adital, DPA,Prensa Latina y Alai.net)
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