Al cumplir un año en la Presidencia de Cuba, Raúl Castro ha destituído de forma inesperada a tres hombres de confianza de Fidel: al canciller Felipe Pérez Roque, al secretario del comité ejecutivo del Consejo de Ministros (jefe de gabinete) Carlos Lage y al vicepresidente Otto Rivero, quien tras la crisis con EE.UU. por el caso del “balserito” Elián, finalmente devuelto a Cuba, fue nombrado por Fidel Castro como responsable de la llamada “batalla de las ideas”, frente a la 'propaganda imperialista'. Pérez Roque y Otto Rivero eran considerados 'duros' ante un hipotético acercamiento a la administración del presidente Obama, con quien Raúl Castro se ha manifestado dispuesto a reunirse.
Pérez Roque y Lage eran dos de las caras más jóvenes y conocidas del gobierno cubano. El canciller había sido durante casi una década secretario personal de Fidel Castro. Lage era considerado por muchos expertos como un posible candidato a suceder , antes de su enfermedad a Fidel y ahora a Raúl Castro en la Presidencia. Lage conserva su puesto de vicepresidente del Consejo de Estado, y será reemplazado por un militar, el general José Amado Ricardo Guerra; mientras que el ministerio de relaciones exteriores pasa al vicecanciller Bruno Rodríguez.
En lugar de Carlos Lage, se encargará de la secretaría del Ejecutivo el general José Ricardo Guerra, hasta ahora jefe de la secretaría del ministro del ejército. Raúl Castro también sustituyó al ministro de Economía, José Luis Rodríguez. Asume el puesto el hasta ahora titular de Comercio Interior, Marino Murillo, que será también vicepresidente del Consejo de Ministros. El nuevo gobierno tiene un tinte más castrense, tal como se venía sustanciando mediante cambios aislados y como se reafirma ahora con la entrada de dos generales y la decisión de que el comandante de la revolución y vicepresidente Ramiro Valdés asuma las funciones hasta ahora desempeñadas por Otto Rivero.
En total, los cambios afectan casi una tercera parte del Consejo de Ministros y, como está establecido, fueron aprobados por el buró político del gobernante Partido Comunista de Cuba. Esta reestructuración se realiza un año después de que Fidel Castro, de 82 años de edad, tras el deterioro en su salud, cedió la Presidencia de manera definitiva a su hermano menor, de 77 años.
En la nota oficial leída por televisión en la que se da cuenta de los 11 cambiosy se explica que los mismos responden a la promesa de Raúl durante su investidura como presidente, el 24 de febrero del año pasado, de “perfeccionar” el régimen y “reducir” la administración del Estado. No obstante la dimensión del cambio es claramente descomunal y difícil de ocultar: han sido relevados los vicepresidentes del Consejo, sustituidos 11 ministros y fusionados cuatro ministerios. Y además, la reestructuración no se da por concluída y el comunicado señala "la necesidad de continuar estudiando la actual estructura del Gobierno".
El Grupo de Apoyo sale de escena
Carlos Lage, Pérez Roque y Otto Rivero salen de escena. Pero antes que ellos habían desaparecido varios jóvenes más de esa línea como Carlos Lage (hijo), quien dirigía a los estudiantes universitarios, Hassan Pérez, de la Juventud Comunista y Carlos Valenciaga, jefe del llamado Grupo de Apoyo.
Carlos Lage y Felipe Pérez Roque trabajaron en el círculo más íntimo del comandante, conocido como el Grupo de Apoyo y posteriormente éste los situó en puntos neurálgicos del gobierno, al frente del Consejo de Ministros y de la Cancillería.
Lage fue el artífice de las reformas económicas de los años 90 que legalización del dólar estadounidense, el trabajo por cuenta propia y las inversiones extranjeras gracias a las cuales el país logró sobrevivir a la debacle de las naciones comunistas europeas.
Sin embargo, fue también durante el liderazgo económico de Lage cuando se aplicó la dualidad monetaria, medida que desplomó los salarios y con ellos el poder adquisitivo de la mayor parte de la población .
Carlos Lage y Felipe Pérez Roque trabajaron en el círculo más íntimo del comandante, conocido como el Grupo de Apoyo y posteriormente éste los situó en puntos neurálgicos del gobierno, al frente del Consejo de Ministros y de la Cancillería.
Lage fue el artífice de las reformas económicas de los años 90 que legalización del dólar estadounidense, el trabajo por cuenta propia y las inversiones extranjeras gracias a las cuales el país logró sobrevivir a la debacle de las naciones comunistas europeas.
Sin embargo, fue también durante el liderazgo económico de Lage cuando se aplicó la dualidad monetaria, medida que desplomó los salarios y con ellos el poder adquisitivo de la mayor parte de la población .
Felipe Pérez Roque fue el jefe del Grupo de Apoyo del Comandante hasta que, tras la destitución de Roberto Robaina, Fidel Castro lo sitúa al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores como un hombre de su entera confianza. Al ser nombrado canciller, muchos consideraron que fue elegido por ser uno de los políticos más fieles a Fidel Castro y aseguraban que no tenía capacidad para el cargo; sin embargo, Pérez Roque desarrolló su trabajo con eficacia. Curiosamente su destitución se produce en el mismo momento en el que Cuba consigue los mayores éxitos diplomáticos de los últimos 50 años, con el apoyo de los gobiernos de América Latina, Rusia, China y la eliminación de las sanciones europeas.
No se pasa por alto que la salida de Pérez Roque coincide con el debate abierto en Estados Unidos sobre la idea de suavizar el bloqueo que Estados Unidos impuso a Cuba hace ya 45 años. Y aunque no se le conocían malas relaciones con Raúl, el discurso de Pérez Roque sobre Estados Unidos es más duro que el del actual mandatario, quien en más de una ocasión se ha mostrado dispuesto a dialogar con Washington.
Y pasados los `huracanes´, Raúl tomó las riendas
Aunque los cambios hayan sorprendido, hay que recordar que cuando Raúl Castro fue designado presidente del Consejo de Estado anunció que realizaría un cambio de gobierno que, en principio, estaba previsto para diciembre de 2008.
El general llevaba gobernando con el equipo heredado de su hermano desde que, en agosto de 2006, asumiera el mando de forma interina, cuando Fidel Castro le cedió todos sus cargos a raíz de una seria enfermedad intestinal. Los planes de gobierno impulsados por Raúl Castro llevan un enorme retraso, le reforma agraria y la eliminación de los topes salariales, por ejemplo, han sido empantanados por la burocracia estatal a pesar de ser medidas imprescindibles para la economía.
Con la actual reestructuración, el presidente parece que pretende lograr varios objetivos a la vez, al simplificar el aparato estatal, colocar en los puestos claves a hombres de su confianza y dejar claro que no hay nadie intocable.
Raúl Castro fue elegido presidente del Consejo de Estado el 24 de febrero de 2008 luego de que su hermano mayor, Fidel, desistiera de aspirar nuevamente a ese cargo. El 26 de julio de 2007, Raúl , entonces presidente interino, sembró esperanzas al reconocer las dificultades que agobian a la ciudadanía y habló por primera vez de introducir los "cambios estructurales y de concepto que resulten necesarios" para elevar los rendimientos de la agricultura y así reducir el precio de los alimentos.
Se abrió entonces un amplio debate popular, impulsado por el propio Raúl Castro que arrojó un abundante inventario de inquietudes y de problemas que requerían transformaciones. El abanico de planteamientos ciudadanos incluía también la necesidad de desarrollar formas más eficientes de funcionamiento del PCC y del tratamiento de su militancia.
La llegada sucesiva de tres huracanes, que dejaron daños económicos de casi 10.000 millones de dólares, añadió nuevas tensiones a los primeros 12 meses de gobierno del menor de los hermanos Castro, y retrasó considerablemene los cambios. "No se ha engavetado (paralizado) ninguno de los temas de los que he hablado en los últimos tiempos... Se han ido instrumentando las medidas parciales que han permitido las circunstancias, y se avanzará, sin apresuramientos ni excesos de idealismo, según se disponga de los recursos y concluyan los estudios necesarios", dijo el Raúl en diciembre.
Las decisiones, medidas y reformas adoptadas por Castro en su primer año comenzaron con el levantamiento de restricciones a la venta de computadoras, algunos aparatos electrodomésticos y equipos, como reproductores de DVD y vídeos, ollas eléctricas, y bicicletas a motor, entre otros. También eliminó la prohibición, no escrita, al hospedaje de los cubanos en loshoteles destinados al turismo internacional. Los cubanos también vieron abrirse el acceso a la telefonía celular, un servicio que debe pagarse en divisas.
Pero se esperan más cambios
Entre las reformas estructurales ya emprendidas está la entrega en usufructo de tierras ociosas, la venta libre, en divisas, de insumos agrícolas, la entrega de licencias para el transporte privado, lo que entraña la ampliación del trabajo por cuenta propia, independiente del Estado, los cambios en macha en materia salarial, con un sistema de pagos por resultados.
Pero se esperan cambios estructurales aun más profundos, como la eliminación de la dualidad monetaria. Ahora los salarios se perciben en moneda nacional, pero muchas de las necesidades básicas se satisfacen en divisa. Otros cambios esperados son el del régimen de propiedad de viviendas y automóviles, que podría permitir la compra-venta de esos bienes, y el eventual levantamiento de las regulaciones migratorias, que limitan los viajes al exterior para cubanas y cubanos.
Para ello, habrá que esperar al VI Congreso del PCC, definido por la Constitución como "fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado".Los congresos partidarios son los encargados de hacer un balance de los cinco años pasados y trazar líneas para el lustro siguiente. Este VI Congreso , que debió celebrarse en 2002, fue anunciado por Raúl Castro para finales del segundo semestre de 2009, aunque aún no ha sido convocado oficialmente.También hay que recordar que el presidente Raúl Castro es el segundo secretario del PCC, por debajo de Fidel Castro, que conserva el cargo de primer secretario y es consultado sobre asuntos estratégicos para el país.
Bruno Rodríguez, el nuevo rostro de la diplomacia cubana
El relevo en la cancillería no sólo hace el gobierno algo menos fidelista, como el conjunto de los cambios, sino que también puede leerse como una operación favorable a un posible diálogo con EE.UU. Mientras Roque es un viejo adversario de Washington, Rodríguez es visto "como un reformista", según un diplomático europeo en La Habana.
Abogado, periodista y embajador, Bruno Rodríguez, de 51 años (nació en México en enero de 1958, un año antes del triunfo de la Revolución) sustituye a Felipe Pérez Roque, tras pasar por la misión cubana en la ONU y la dirección de la política hacia América Latina.
Rodríguez se convierte en el sexto ministro de Relaciones Exteriores de la Revolución después de Raúl Roa, Isidoro Malmierca, Ricardo Alarcón, Roberto Robaina y Pérez Roque.
Rodríguez se convierte en el sexto ministro de Relaciones Exteriores de la Revolución después de Raúl Roa, Isidoro Malmierca, Ricardo Alarcón, Roberto Robaina y Pérez Roque.
El nuevo titular de Exteriores fue también dirigente estudiantil, profesor de Derecho Internacional Público en la Universidad de La Habana, secretario de Relaciones Internacionales de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y director del diario Juventud Rebelde, uno de los dos de circulación nacional.
En 1990 fue elegido para el Comité Central del PCC, único y dos años después jefe de su Departamento de Cultura. En 1993 es nombrado Representante de Cuba ante las Naciones Unidas, y a su regreso a La Habana, viceministro de Exteriores responsable de go de las relaciones con América Latina.
A principios de 2006 y ya como viceministro primero, fue designado jefe de la Brigada Médica cubana que trabajó durante varios meses en Pakistán atendiendo a las víctimas del terremoto en zonas montañosas, bajo grandes heladas, trabajo que le mereció elogios del entonces presidente Fidel Castro.
A principios de 2006 y ya como viceministro primero, fue designado jefe de la Brigada Médica cubana que trabajó durante varios meses en Pakistán atendiendo a las víctimas del terremoto en zonas montañosas, bajo grandes heladas, trabajo que le mereció elogios del entonces presidente Fidel Castro.
Rodríguez asume en momentos en que la isla expande sus relaciones en América Latina, que en diciembre pasado en la cumbre regional en Brasil incorporó a Cuba en el Grupo de Rio.
(Fuentes: La Crónica-México, El Universal-México, BBC-Mundo, Reuters,IPS, AFP y La Vanguardia-Barcelona, )
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