El ex presidente Eduardo Frei (1994-2000) propuso ayer 37 modificaciones a la Constitución de 1980, ideada y promulgada bajo la dictadura de Augusto Pinochet. Las propuestas de Frei, senador por la Democracia Cristiana constituye su lanzamiento de cara a lo comicios de diciembre de 2009, poniéndose en ventaja sobre sus eventuales competidores dentro de La Concertación, el ex presidente Ricardo Lagos o José Miguel Insulza, secretario general de la OEA.
Frei Ruiz-Tagle plantea aumentar a 5 ó 6 años el periodo presidencial, equilibrar las atribuciones del Ejecutivo con el Congreso, darle al Presidente la facultad de disolver las cámaras y llamar a elecciones parlamentarias por una sola vez durante su mandato, cambiar el sistema binominal por uno más representativo y eliminar la incompatibilidad entre ser parlamentario y ministro de Estado. La reforma incluye una nueva concepción de los derechos fundamentales que refuerce los derechos económicos y sociales y que "consagre a nivel constitucional que la pobreza es contraria a los derechos humanos".
Se trata, según el proponente de "una reforma constitucional sustancial que pueda cerrar la transición a la democracia y que sea expresión de las aspiraciones y necesidades de todos los chilenos", aprovechando la celebración del Bicentenario de la nación chilena.
Entre otras novedades, la propuesta plantea la regionalización política y administrativa, con un nuevo gobierno regional y un "alcalde mayor" para las grandes urbes, elegidos de modo directo , la inscripción automática y el voto voluntario y derecho a sufragio de los chilenos residentes en el extranjero, la posibilidad de que dirigentes sindicales y sociales sean electos al Parlamento. En relación al sistema electoral, propuso terminar con la exclusión de las minorías, remplazar el sistema binominal por uno que establezca una efectiva representación de los chilenos e introducir la idea de otorgar representatividad parlamentaria a todos los grupos que superen el 5% de la votación aunque no obtengan la mayoría en ninguno de los escaños al Parlamento.
El senador de la DC presentó la propuesta ante la Comisión de Estudio del régimen político de la Cámara de Diputados, como un primer paso de formalización de su propuesta.
No queda establecido en el proyecto el mecanismo que se usaría para adoptar la Constitución Bicentenario, aunque Frei estaría inclinado por una Asamblea Constituyente.
No queda establecido en el proyecto el mecanismo que se usaría para adoptar la Constitución Bicentenario, aunque Frei estaría inclinado por una Asamblea Constituyente.
Principales puntos de la propuesta de Frei:
1.-Voto voluntario e inscripción automática en los registros electorales.
2.-Derecho de sufragio de los chilenos en el extranjero.
3.-Igualdad efectiva entre independientes y Partidos Políticos.
4.-Terminar con la exclusión de las minorías.
5.-Reemplazar el sistema electoral binominal por un sistema que establezca una efectiva representación de los chilenos.
6.-Introducir la idea de otorgar representatividad parlamentaria a todos los grupos que superen el 5% de la votación aunque ellos no obtengan la mayoría en ninguna de los escaños al Parlamento.
7.-Modificar el período presidencial a cinco o seis años.
8.-Otorgar al Presidente de la República la facultad de disolver las Cámaras y llamar a elecciones parlamentarias generales por una sola vez durante su mandato.
9.-Eliminar la incompatibilidad entre el cargo de Parlamentario y el de ministro de Estado.
10.-Derogación del Artículo 23 de nuestra Constitución, que establece la incompatibilidad de cargos entre dirigentes gremiales y políticos.
11.-Primarias obligatorias para todos los cargos elección popular.
12.-Creación del cargo de Alcalde Mayor elegido en votación directa, con atribuciones amplias para que ejerza sus funciones en grandes zonas urbanas, tales como Santiago, Valparaíso y Concepción.
13.-Fomentar la realización de referéndum o plebiscitos comunales.
14.-Fusión de ministerios políticos.
2.-Derecho de sufragio de los chilenos en el extranjero.
3.-Igualdad efectiva entre independientes y Partidos Políticos.
4.-Terminar con la exclusión de las minorías.
5.-Reemplazar el sistema electoral binominal por un sistema que establezca una efectiva representación de los chilenos.
6.-Introducir la idea de otorgar representatividad parlamentaria a todos los grupos que superen el 5% de la votación aunque ellos no obtengan la mayoría en ninguna de los escaños al Parlamento.
7.-Modificar el período presidencial a cinco o seis años.
8.-Otorgar al Presidente de la República la facultad de disolver las Cámaras y llamar a elecciones parlamentarias generales por una sola vez durante su mandato.
9.-Eliminar la incompatibilidad entre el cargo de Parlamentario y el de ministro de Estado.
10.-Derogación del Artículo 23 de nuestra Constitución, que establece la incompatibilidad de cargos entre dirigentes gremiales y políticos.
11.-Primarias obligatorias para todos los cargos elección popular.
12.-Creación del cargo de Alcalde Mayor elegido en votación directa, con atribuciones amplias para que ejerza sus funciones en grandes zonas urbanas, tales como Santiago, Valparaíso y Concepción.
13.-Fomentar la realización de referéndum o plebiscitos comunales.
14.-Fusión de ministerios políticos.
La Constitución pinochetista no aguanta más
Aunque ligeramente suavizada en 1989, la constitución impuesta por los militares, con Pinochet a la cabeza, parece ya desbordada por la realidad chilena. Para Jorge Montecino, director del Observatorio de la Realidad Ciudadana de la Universidad Arcis Valparaíso , el agotamiento del sistema político actual es una evidencia. "De no haber un cambio profundo en el sistema político chileno, el próximo presidente de Chile, podría ser elegido sólo con el 30 % de los chilenos mayores de 18 años.
Esto quedó demostrado, en las dos últimas elecciones, en cuyo proceso electoral, votaron por alguna opción (voto validamente emitido), alrededor de seis millones de electores y con una clara tendencia a la baja, lo que unido al voto nulo, blanco y los no inscritos (mayores de 18 años), implica que solo emitió su voto, el 48 % de los chilenos mayores de 18 años. Vale decir, un 25 % de aquellas personas mayores de 18 años, votaron efectivamente por la Presidenta Michelle Bachelet."
Pero Montecino plantea algo más que una mera reforma de vuelo raso y partidista como la que presenta Frei y considera necesaria "una nueva Constitución, elaborada y discutida por el conjunto de los actores políticos, económicos, sociales y culturales del país. Esto implica terminar con la exclusión electoral y las trabas autoritarias aún heredadas de la Constitución del año 1980. " Con el fin de recuperar el interés en la política de las personas comunes y corrientes e incitarles a participar de nuevo. "La elite política chilena, no debe temer a la ciudadanía. El país, ha demostrado en estos últimos 20 años, su madurez necesaria, cuyos ciudadanos han aportado con sus habilidades y destreza al desarrollo del país de manera decisiva, en todos los ámbitos del acontecer nacional e internacional, lo que invalida cada vez más, la mantención artificial de aquellas instancias antidemocráticas –democracia tutelada o protegida- , que sólo ayudan a mantener la apatía de un número apreciable de chilenos, sobre todo los más jóvenes y vulnerables socialmente."
Esto quedó demostrado, en las dos últimas elecciones, en cuyo proceso electoral, votaron por alguna opción (voto validamente emitido), alrededor de seis millones de electores y con una clara tendencia a la baja, lo que unido al voto nulo, blanco y los no inscritos (mayores de 18 años), implica que solo emitió su voto, el 48 % de los chilenos mayores de 18 años. Vale decir, un 25 % de aquellas personas mayores de 18 años, votaron efectivamente por la Presidenta Michelle Bachelet."
Pero Montecino plantea algo más que una mera reforma de vuelo raso y partidista como la que presenta Frei y considera necesaria "una nueva Constitución, elaborada y discutida por el conjunto de los actores políticos, económicos, sociales y culturales del país. Esto implica terminar con la exclusión electoral y las trabas autoritarias aún heredadas de la Constitución del año 1980. " Con el fin de recuperar el interés en la política de las personas comunes y corrientes e incitarles a participar de nuevo. "La elite política chilena, no debe temer a la ciudadanía. El país, ha demostrado en estos últimos 20 años, su madurez necesaria, cuyos ciudadanos han aportado con sus habilidades y destreza al desarrollo del país de manera decisiva, en todos los ámbitos del acontecer nacional e internacional, lo que invalida cada vez más, la mantención artificial de aquellas instancias antidemocráticas –democracia tutelada o protegida- , que sólo ayudan a mantener la apatía de un número apreciable de chilenos, sobre todo los más jóvenes y vulnerables socialmente."
No es distinta la opinión del ex juez Juan Guzmán , quien procesó a Augusto Pinochet, y que asegura que tras dieciocho años la democracia "ha avanzado muy poco" al mantener vigente una "Constitución pinochetista" y una Corte Suprema que "colaboró" con la dictadura militar incluso en democracia.
Chile se rige por "una Constitución pinochetista que crea instituciones pinochetistas y permite que sea la minoría pinochetista la que continúa dictando las leyes de la República", declara Guzmán, quien abandonó la judicatura en 2005 después de treinta años de carrera judicial.
Guzmán procesó a Pinochet en casos como la ‘Operación Cóndor’, la ‘Calle Conferencia’ y la ‘Caravana de la Muerte’.Pero, a mediados del año 2002 la Corte Suprema, sobreseyó el procesamiento del dictador, fallecido en diciembre de 2006."La Corte Suprema perdió su oportunidad histórica de rehabilitarse. Fue una colaboradora de la dictadura al dejar sin efecto el auto de procesamiento que dicté contra Pinochet y acoger un recurso de casación, cuando él era su principal autor", asegura.
"Ha habido una Justicia, pero ha sido incompleta después de la denominada vuelta a la democracia", y añade que "la Justicia sigue siendo represiva con respecto a todas las personas que luchan contra los poderes fácticos".
Guzmán dirige el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Central de Chile. En los últimos mesesha asumido también la defensa de ciudadanos mapuches, la comunidad indígena más importante del país, integrada por unas 600.000 personas, a los que el Estado acusa de quemar predios en el marco del conflicto que los enfrenta con empresas forestales por tierras que consideran propias. El ex juez, que quiere crear una fundación para poder defender a los mapuches, denuncia que el gobierno los "criminaliza" y practica "un doble estándar al decir que se está acercando a los pueblos originarios mientras favorece a las empresas que extraen sus recursos naturales".
“La democracia chilena es todavía una democracia vigilada” (Luis Sepúlveda) (*)
«Chile es todavía una democracia vigilada», dice el escritor Luis Sepúlveda en la entrevista concedida a la periodista Geraldina Colotti de Il Manifesto
«Chile es todavía una democracia vigilada», dice el escritor Luis Sepúlveda en la entrevista concedida a la periodista Geraldina Colotti de Il Manifesto
-En las recientes elecciones municipales la derecha ha conseguido la mayoría de concejales, y ahora trata de ponerse al frente de la protesta contra el gobierno. ¿Qué sucederá de aquí a las próximas elecciones presidenciales de 2009, cuando Michele Bachelet no podrá ya presentarse?
-No creo que la derecha sea muy fuerte. Lo que ha ocurrido en las municipales es más bien que una izquierda que durante tantos años no ha podido participar en el juego político ha demostrado tener una enorme importancia. Durante la dictadura, un tercio de la población quedó fuera del juego político, no tenía derecho a tener candidatos al parlamento, mientras que ahora tiene el 30% de los representantes electos, y si considera que de toda la población chilena, sólo ha votado el 52%, quiere decir que sólo una minoría no está de acuerdo con el cambio en curso. La verdad es que la chilena es una democracia vigilada: no por los militares, sino por una constitución heredada de la dictadura. En estos 18 años, nadie ha tenido el valor de modificarla con un referéndum como querrían los ciudadanos, y como sería preciso para finalmente culminar lo que ha venido en llamarse transición a una democracia plena. Ahora sabemos todos que ésa es la fuerza política de la derecha y de los reciclados que negociaron con la dictadura el fin del gobierno dictatorial de Pinochet conla condición de que el modelos chileno, fundado en la injusticia absoluta, no fuera modificado. Chile es un país sin escuela pública, porque la escuela fue privatizada, como la sanidad. Si tienes dinero, te curas, si no, te mueres. La inflación avanza, pero Chile no es todavía un país en crisis; sin embargo, el crecimiento económico sólo ha beneficiado a una parte de la población, y todavía somos un país económicamente dependiente.
-También la política hacia los indígenas mapuches se ha hecho basándose en las leyes de emergencia aprobadas por Pinochet, y sólo ahora parece vislumbrarse algún atisbo de apertura por parte de Bachelet.
-Tengo una gran simpatía por el movimiento mapuche, que desarrolla la defensa del derecho natural a la tierra, aunque es evidente que, al punto en que están ahora las cosas, no su puede regresar a la situación anterior a la colonia. Pero creo que aceptar algunas reivindicaciones culturales y políticas de los mapuches es un buen punto de partida para cambiar las cosas. En este sentido, la izquierda tradicional tiene todavía que andar un buen trecho para combatir la desafección a la política institucional expresada por una gran parte de los movimientos, así como para asumir las aportaciones positivas procedentes de esos movimientos. Muchísimo de lo positivo sucedido en Chile desde el fin de la dictadura es fruto del movimiento altermundialista reunido en el fórum social chileno, que ha conservado la cultura política de una parte de la sociedad y sostenido el diálogo con el movimiento indígena, que ha estimulado las luchas por los derechos de las mujeres, de los gays y que hoy se bate contra la ofensiva conservadora de la Iglesia católica.
-El próximo domingo habrá elecciones municipales en Venezuela. ¿Cómo valora usted el “experimento bolivariano” de Hugo Chávez en el que participa también el indígena Evo Morales?
-Evo me parece una figura respetable, un dirigente indígena y cocalero votado democráticamente por el 70% de la población de su país. Pero no creo en el sedicente proyecto bolivariano. ¿Pero ha leído usted el documento fundacional? Es una grosera simplificación de la historia de América Latina, es la negación de la complejidad de la historia y de la realidad, y cuando se niega la complejidad de las cosas, siempre se termina mal. Y además, yo creo que esta idea del socialismo bolivariano es más interesante para la población urbana de Caracas que para una población amazónica que vive en una especie de comunismo primitivo.
-En la Constitución bolivariana se presta mucha atención a la cuestión indígena.
-No creo que la derecha sea muy fuerte. Lo que ha ocurrido en las municipales es más bien que una izquierda que durante tantos años no ha podido participar en el juego político ha demostrado tener una enorme importancia. Durante la dictadura, un tercio de la población quedó fuera del juego político, no tenía derecho a tener candidatos al parlamento, mientras que ahora tiene el 30% de los representantes electos, y si considera que de toda la población chilena, sólo ha votado el 52%, quiere decir que sólo una minoría no está de acuerdo con el cambio en curso. La verdad es que la chilena es una democracia vigilada: no por los militares, sino por una constitución heredada de la dictadura. En estos 18 años, nadie ha tenido el valor de modificarla con un referéndum como querrían los ciudadanos, y como sería preciso para finalmente culminar lo que ha venido en llamarse transición a una democracia plena. Ahora sabemos todos que ésa es la fuerza política de la derecha y de los reciclados que negociaron con la dictadura el fin del gobierno dictatorial de Pinochet conla condición de que el modelos chileno, fundado en la injusticia absoluta, no fuera modificado. Chile es un país sin escuela pública, porque la escuela fue privatizada, como la sanidad. Si tienes dinero, te curas, si no, te mueres. La inflación avanza, pero Chile no es todavía un país en crisis; sin embargo, el crecimiento económico sólo ha beneficiado a una parte de la población, y todavía somos un país económicamente dependiente.
-También la política hacia los indígenas mapuches se ha hecho basándose en las leyes de emergencia aprobadas por Pinochet, y sólo ahora parece vislumbrarse algún atisbo de apertura por parte de Bachelet.
-Tengo una gran simpatía por el movimiento mapuche, que desarrolla la defensa del derecho natural a la tierra, aunque es evidente que, al punto en que están ahora las cosas, no su puede regresar a la situación anterior a la colonia. Pero creo que aceptar algunas reivindicaciones culturales y políticas de los mapuches es un buen punto de partida para cambiar las cosas. En este sentido, la izquierda tradicional tiene todavía que andar un buen trecho para combatir la desafección a la política institucional expresada por una gran parte de los movimientos, así como para asumir las aportaciones positivas procedentes de esos movimientos. Muchísimo de lo positivo sucedido en Chile desde el fin de la dictadura es fruto del movimiento altermundialista reunido en el fórum social chileno, que ha conservado la cultura política de una parte de la sociedad y sostenido el diálogo con el movimiento indígena, que ha estimulado las luchas por los derechos de las mujeres, de los gays y que hoy se bate contra la ofensiva conservadora de la Iglesia católica.
-El próximo domingo habrá elecciones municipales en Venezuela. ¿Cómo valora usted el “experimento bolivariano” de Hugo Chávez en el que participa también el indígena Evo Morales?
-Evo me parece una figura respetable, un dirigente indígena y cocalero votado democráticamente por el 70% de la población de su país. Pero no creo en el sedicente proyecto bolivariano. ¿Pero ha leído usted el documento fundacional? Es una grosera simplificación de la historia de América Latina, es la negación de la complejidad de la historia y de la realidad, y cuando se niega la complejidad de las cosas, siempre se termina mal. Y además, yo creo que esta idea del socialismo bolivariano es más interesante para la población urbana de Caracas que para una población amazónica que vive en una especie de comunismo primitivo.
-En la Constitución bolivariana se presta mucha atención a la cuestión indígena.
-Lo siento, pero a mí me parece un manual para boy scouts. Las constituciones serias son las de Andrés Bello, padre de todas las constituciones: Chile, Argentina… Por lo demás, ¡el librito tiene 1200 páginas!
-Pero aquellas constituciones se quedaron en papel mojado. Ahora, en cambio, se ven hechos: las nacionalizaciones, el regreso de la soberanía popular, la participación…
… Y la demagogia de Chñavez. El presidente del Ecuador, Correa, estuvo a punto de perder las elecciones por la intromisión de Chávez; tuvo que frenarlo. Y el presidente del Paraguat, Lugo, envió una delegación de urgencia a Caracas mandando decir a Chávez: te ruego te abstengas de mencionad al Paraguay, porque la verdad es que tengo posibilidades de ganar. Chávez es una figura compleja, de acuerdo, pero yo no puedo olvidar que es un militar, y yo no tengo simpatía por ningún militar latinoamericano.
-Pero la historia del ejército en Venezuela no pasó por el adiestramiento en las escuelas de tortura de los EEUU…
-Es verdad, pero yo prefiero pensar en una América Latina que se atiene a la propia diversidad y desarrolla en cada país cursos de acción autónomos.
(*) Entrevista publicada en el diario italiano Il Manifesto, el pasado 21 de noviembre.
-Pero aquellas constituciones se quedaron en papel mojado. Ahora, en cambio, se ven hechos: las nacionalizaciones, el regreso de la soberanía popular, la participación…
… Y la demagogia de Chñavez. El presidente del Ecuador, Correa, estuvo a punto de perder las elecciones por la intromisión de Chávez; tuvo que frenarlo. Y el presidente del Paraguat, Lugo, envió una delegación de urgencia a Caracas mandando decir a Chávez: te ruego te abstengas de mencionad al Paraguay, porque la verdad es que tengo posibilidades de ganar. Chávez es una figura compleja, de acuerdo, pero yo no puedo olvidar que es un militar, y yo no tengo simpatía por ningún militar latinoamericano.
-Pero la historia del ejército en Venezuela no pasó por el adiestramiento en las escuelas de tortura de los EEUU…
-Es verdad, pero yo prefiero pensar en una América Latina que se atiene a la propia diversidad y desarrolla en cada país cursos de acción autónomos.
(*) Entrevista publicada en el diario italiano Il Manifesto, el pasado 21 de noviembre.
(Fuentes: ANSA-Latina, La Nación-Chile, El Mercurio-Chile, Crónica Digital-Chile, mQh y SinPermiso-Il Manifesto)
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