La recesión económica, Iraq y Afganistán, Palestina....La dura realidad invita a pensar que las relaciones entre América Latina y Estados Unidos no van a ocupar mucho tiempo durante los primeros meses dela nueva administración que se hace cargo hoy de la Casa Blanca.
Según Daniel Erikson, del centro de estudios Diálogo Interamericano de Washington, aunque no sea una prioridad para Obama , "sí que habrá un cambio representativo en el trato con la región, menos didáctico y con mayor interés en llegar a un consenso y trabajar a través de organizaciones multilaterales".
Sin embargo, en lo que no parece que vaya a cambiar la óptica, es en fijar el narcotráfico, como una de las guías en esa relación, pero a un nivel mucho más bajo que en el pasado. Este giro rompe con la tendencia imperante desde hace 20 años, en la que casi uno de cada cuatro estadounidenses pensaba que la guerra contra los estupefaciente era la principal prioridad.
Barack Obama se ha mostrado favorable al Plan Colombia y al Plan Mérida para combatir el narcotráfico en México y América Central.
Síi se esperá algún cambio respecto a Cuba, aunque nadie cree que Obama sea capaz de acabar con el bloqueo, quizá sí a suavizarlo. Durante la campaña dijo que levantaría las restricciones impuestas por Bush a las visitas a familiares en la isla y a los envíos de remesas. Según Erikson, "el lobby cubano-estadounidense puso mucho dinero en las elecciones al Congreso, por lo que es poco probable que se interrumpa el embargo a Cuba".
Larry Birns, director del centro de estudios Consejo para Asuntos Hemisféricos, piensa que hay algunos factores que podrían modificar las políticas estadounidenses hacia Cuba a largo plazo: el descubrimiento de importantes reservas de petróleo y el interés de diversas compañías estadounidenses que quieren explotarlas, el creciente número de empresas interesadas en comerciar con productos agrícolas y el debilitamiento de las actitudes anticastristas entre la segunda y la tercera generación de cubano-estadounidenses.
Larry Birns, director del centro de estudios Consejo para Asuntos Hemisféricos, piensa que hay algunos factores que podrían modificar las políticas estadounidenses hacia Cuba a largo plazo: el descubrimiento de importantes reservas de petróleo y el interés de diversas compañías estadounidenses que quieren explotarlas, el creciente número de empresas interesadas en comerciar con productos agrícolas y el debilitamiento de las actitudes anticastristas entre la segunda y la tercera generación de cubano-estadounidenses.
Barack Obama ha afirmado que está dispuesto a dialogar, siempre y cuando sea bajo las condiciones adecuadas. No parece probable, de momento, un encuentro con Raúl Castro, aunque sí podría serlo con Hugo Chávez. Si antes no se tuercen las cosas, con declaraciones de uno u otro lado, podría darse el cara a cara en abril, durante la Cumbre de las Américas, en Trinidad y Tobago.
De origen colombiano, Dan Restrepo, uno de los principales asesores de Obama para América Latina, apunta la posibilidad de una diplomacia directa y cita una famosa frase de John F. Kennedy: "Nunca debemos negociar por miedo, pero tampoco debemos tener miedo a negociar".
En peligro el TLC con Colombia
Obama votó a favor del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Perú, pero se opone al aún pendiente de ratificar con Colombia, por la impunidad con la que son asesinados los sindicalistas colombianos. Según John Walsh, de la organización no gubernamental Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), "La Casa Blanca quiere que este acuerdo sea parte de un paquete de estabilización económica más amplio, que podría ser aprobado".
Sobre la inmigración, Obama dijo en la campaña que los controles fronterizos deberían ser más estrictos pero que también es necesario avanzar hacia la regularización. "La inmigración era un tema candente, pero ahora ya no lo es tanto porque el contexto ha cambiado", dice Dan Erikson, de Diálogo Interamericano. Muchos inmigrantes están volviendo a sus países de origen a causa de la crisis financiera. Y los trabajadores mexicanos están entre los más afectados por la crisis en los sectores de la construcción y el turismo.
Algunos observadores creen que, en los primeros meses de su mandato, Obama podría mostrar su nuevo estilo y su interés en la región, enviando a uno de sus principales asesores en una "gira de reconocimiento".
Algunos observadores creen que, en los primeros meses de su mandato, Obama podría mostrar su nuevo estilo y su interés en la región, enviando a uno de sus principales asesores en una "gira de reconocimiento".
En un sondeo reciente de Latinobarómetro en 18 países latinoamericanos, el 29% de los encuestados dijo que la victoria de uno u otro candidato no implicaría nada para América Latina. Un 31% respondió que no sabía qué candidato le convenía más a la región.
Estas actitudes de aparente indiferencia e ignorancia indican, según algunos analistas, lo bajo que han caído en la región la influencia y el prestigio de Estados Unidos.
Estas actitudes de aparente indiferencia e ignorancia indican, según algunos analistas, lo bajo que han caído en la región la influencia y el prestigio de Estados Unidos.
En prinicpio, a Barak Obama le interesaría mostrarse más respetuoso con América Latina y preocuparse por recuperar la imagen de su país, también aquí, después de los años del felizmente saliente George W. Bush.
Una señal hacia Cuba y el fin del bloqueo
El presidente brasileño, Luiz Lula da Silva, considera que "es importante" que Barack Obama, "dé una señal a Cuba" para terminar con el bloqueo contra ese país. Lula también estima que Obama "debe cambiar la relación de su país con Latinoamérica", región en la que Washington, recordó este lunes Lula, interfirió mediante la instalación de "regímenes autoritarios en la década de los 60". "Es importante que Obama dé una señal para Cuba. Es importante que el bloqueo sea destrabado para que Cuba pueda tener una vida normal como todos los países, manteniendo relaciones con todos los países. Ya no hay más argumentos para el embargo", dijo el presidente brasileño en su programa de radio semanal, "Café con el presidente", que dedicó íntegramente a la asunción de Obama y a las expectativas que genera en su país y en toda Latinoamérica. En Brasil, "acompañamos también con mucho interés la asunción del presidente Obama. A fin de cuentas, no es en todo momento histórico que un país importante como Estados Unidos elige a un negro para presidente. Eso, ya por sí solo, es un hecho extraordinario. Pero para Lula lo más importante es que Obama "asume en un momento delicado de la política externa e interna norteamericanas. Desde el punto de vista de política interna, está en curso la crisis financiera que nació dentro de Estados Unidos y que está causando daños, sobre todo a las personas más pobres, en el ámbito de la vivienda", dijo.
En relación a Brasil, Lula dijo que la relación bilateral puede ser "perfeccionada".
"Vamos a continuar con la buena política que tenemos con los Estados Unidos, que es histórica. Pienso que Obama, quiere, puede esmerarse en perfeccionar esta relación con Brasil, porque si Estados Unidos es el país más importante del mundo, Brasil es el país más importante de América Latina".
Con respecto al futuro, Lula consideró que Obama debe tomar la iniciativa para lograr un acuerdo en la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio. "Doha sería una ayuda enorme para los países pobres, sobre todo para los que tiene la agricultura como base de sus economías".
"Vamos a continuar con la buena política que tenemos con los Estados Unidos, que es histórica. Pienso que Obama, quiere, puede esmerarse en perfeccionar esta relación con Brasil, porque si Estados Unidos es el país más importante del mundo, Brasil es el país más importante de América Latina".
Con respecto al futuro, Lula consideró que Obama debe tomar la iniciativa para lograr un acuerdo en la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio. "Doha sería una ayuda enorme para los países pobres, sobre todo para los que tiene la agricultura como base de sus economías".
Obama-Chávez: Primer round
A pocas horas de asumir la presidencia Barack Obama lanzó los primeros punchs contra el rostro de Hugo Chávez. En una entrevista emitida el domingo por la cadena Univisión, Obama dijo que el presidente venezolano es una fuerza que impide el progreso en América Latina. Y añadió que “Venezuela es un país de importancia crítica en el comercio con toda la región, es un proveedor importante de petróleo". Aunque Obama manifestó que desea un cambio en las relaciones con América Latina y afirmó que su intención es “hablar con quien sea cuando nos beneficie”, no parece muy alentador este comienzo.
¿Va a seguir la pugna retórica entre Washington y Caracas con el nuevo gobierno?
Hasta este primer ataque, parecía difícil que Chávez encontrara en Obama una diana como la que le ha facilitado Bush. El pasado jueves Chávez dijo que espeba que Obama cambiara la actitud "imperialista" de EE.UU. Poco antes Obama aseguraba que confiaba en que Venezuela no fuera " una amenaza regional".
De buenas a primeras, Obama cambió el discurso y en la entrevista a Univisión dijo que el supuesto respaldo de Chávez a "entidades maliciosas como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (...) crea problemas que no se pueden aceptar".
"Nadie piensa que Chávez sea una amenaza regional", asegura Larry Birns, director del Consejo de Relaciones Hemisféricas, un centro de estudios en Washington.
Birns considera que las relaciones entre EE.UU. y Venezuela "son manejables y espero que al final se produzca algún tipo de diálogo".
"Nadie piensa que Chávez sea una amenaza regional", asegura Larry Birns, director del Consejo de Relaciones Hemisféricas, un centro de estudios en Washington.
Birns considera que las relaciones entre EE.UU. y Venezuela "son manejables y espero que al final se produzca algún tipo de diálogo".
Cuando Obama resultó elegido en noviembre, Chávez dijo "saludar al hombre negro".
Inmediatamente el pugilato verbal que semanalmente mantenía con Bush pareció entrar en una pausa, quizá para observar la orientación de la política del nuevo mandatario. Hasta ahora el gabinete, incluida Hillary Clinton como secretaria de Estado y su equipo, no ha dejado saber detalles de lo que será la política exterior a partir del martes.
Inmediatamente el pugilato verbal que semanalmente mantenía con Bush pareció entrar en una pausa, quizá para observar la orientación de la política del nuevo mandatario. Hasta ahora el gabinete, incluida Hillary Clinton como secretaria de Estado y su equipo, no ha dejado saber detalles de lo que será la política exterior a partir del martes.
Con la última matanza israelí en Gaza, continuó ese silencio y Chávez, cuyo gobierno ha roto relaciones con Israel, lo cuestionó y dijo: "Yo creo que Obama viene a ser la misma 'miasma' (cosa)". Y añadió:"Nos espera a nosotros entonces seguir la lucha contra el imperialismo sea blanco o negro, o como se vista".
Luego vinieron las palabras de Obama en Univisión, que parecen anunciar la prolongación de la pugna pugilística.
Obama asume la presidencia en medio de retos
Barack Obama ha asumido como presidente 44 de Estados Unidos con el dilema de si cumplirá sus promesas electorales, en medio de una crisis económica y las guerras en Iraq y Afganistán.
Más de cuatro millones de personas asisten en Washington a su toma de posesión, una cifra sin precedente que demuestra la expectación que causó su victoria, tras el esperado fin de los ocho años de la administración de George W. Bush.
En medio de la crisis económica, Obama recaudó cerca de 40 millones de dólares para los festejos. Precisamente, cómo revertir la situación financiera será la primera de sus tareas y marcará su mandato. Sus últimas conferencias de prensa, reuniones y discursos se han centrado en ese tema.
Al nivel de la crisis, están las guerras en Iraq y Afganistán, donde han muerto más de cuatro mil norteamericanos y han desangrado las arcas del tesoro. Precisamente, una de sus principales promesas electorales fue la de sacar a los soldados de Iraq, un conflicto sumamente impopular en la Unión.
Los analistas y expertos coinciden en que Obama tiene muy poco margen de maniobra para cumplir sus planes, debido a la crisis, las conflagraciones y el abultado déficit fiscal.
En ese sentido, en una reciente entrevista con cadena de televisión ABC, el ya 44 presidente de los EE.UU. admitió que muchas de sus ideas no podrán aplicarse en los primeros 100 días de gobierno, entre ellas cerrar la cárcel de la base naval estadounidense de Guantánamo, enclavada al sureste de Cuba.
En ese sentido, en una reciente entrevista con cadena de televisión ABC, el ya 44 presidente de los EE.UU. admitió que muchas de sus ideas no podrán aplicarse en los primeros 100 días de gobierno, entre ellas cerrar la cárcel de la base naval estadounidense de Guantánamo, enclavada al sureste de Cuba.
Es mucho más difícil de lo que mucha gente cree, manifestó Obama, aunque aseguró que está comprometido con desactivar la prisión. "No quiero ser ambiguo sobre esto. Cerraremos Guantánamo y queremos estar seguros de que los procedimientos que emplearemos sean respetuosos de nuestra Constitución", subrayó.
Aunque goza de una popularidad sin precedente, el período de transición no ha estado exento de problemas para Obama.
Pese a no quedar salpicado, el escándalo de corrupción del gobernador de Illinois, Rod Blagovich, provocó que el próximo mandatario saliera a negar cualquier vinculación.
Blagovich fue acusado de intentar vender el escaño que dejó libre Obama.
Además, su elección para ocupar los cargos de su futuro gobierno, la mayoría propuestos a colaboradores del ex presidente William Clinton, también provocó malestar y decepción entre los sectores más liberales demócratas.
Blagovich fue acusado de intentar vender el escaño que dejó libre Obama.
Además, su elección para ocupar los cargos de su futuro gobierno, la mayoría propuestos a colaboradores del ex presidente William Clinton, también provocó malestar y decepción entre los sectores más liberales demócratas.
No obstante, varios de sus nombramientos no dejan dudas acerca de su intención de desmarcarse con las acciones de Bush, como la designación del nuevo director de la CIA, Leon Panetta, un crítico con la política de torturas a prisioneros.
A Martin Luther King lo mataron. Cuarenta mil policías velan en Washington para que hoy no le suceda lo mismo a Barack Obama. No le sucederá, digo, como si estuviera en mi mano el poder de conjurar las peores desgracias. Sería como matar dos veces el mismo sueño.
Tal vez todos seamos creyentes de esta nueva fe política que irrumpió en Estados Unidos como un tsunami benévolo que se va a llevar todo por delante separando el trigo de la paja y la paja del grano, talvez sigamos creyendo en milagros, en algo que venga de fuera para salvarnos en el último instante, entre otras cosas, de ese otro tsunami que está arrasando el mundo.
Camus decía que si alguien quiere ser reconocido basta con que diga quien es. No soy tan optimista, pues, en mi opinión, la mayor dificultad está precisamente en la indagación de quienes somos, en los modos y en los medios para alcanzarlo. Sin embargo, ya sea por simple casualidad, ya sea a caso hecho, Obama, en sus múltiples discursos y entrevistas, ha dicho tanto de sí mismo, con tanta convicción y aparente sinceridad, que a todos ya nos parece que lo conocemos íntimamente y desde siempre.
El presidente de Estados Unidos que hoy toma posesión resolverá o intentará resolver los tremendos problemas que le esperan, talvez acierte, talvez no, y algo de sus insuficiencias, que ciertamente las tendrá, se las tendremos que perdonar, porque errar es propio del hombre como por experiencia hemos aprendido a nuestra costa. Lo que no le perdonaríamos jamás es que llegara a negar, deturpar o falsear una sola de las palabras que ha pronunciado o escrito.
Podrá no conseguir establecer la paz en Oriente Próximo, por ejemplo, pero no le permitiremos que cubra el fracaso, si tal se produce, con un discurso engañoso. Lo sabemos todo de discursos engañosos, señor presidente, mire bien donde se mete.
(Fuentes: BBC-Mundo, ANSA-Latina, ABN-Venezuela, La Nación-Buenos Aires, Prensa Latina y El cuaderno de Saramago)
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