23.5.08

Colombia-EE.UU.

URIBE ADMITE LA POSIBLE INSTALACIÓN DE UNA BASE MILITAR DE LOS EE.UU. JUSTO CUANDO LA CUMBRE DE UNASUR SE DISPONE A CREAR UN CONSEJO SURAMERICANO DE DEFENSA AL MARGEN DE WASHINGTON


El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, dejó abierta la posibilidad de que Estados Unidos instale otra base militar en su país, aunque negó que por el momento exista un plan en tal sentido o que se proyecte hacerlo en la frontera con Venezuela, como aseguró el embajador norteamericano en Bogotá.“Todo lo que podamos hacer para fortalecer la ayuda de Estados Unidos a fin de que podamos derrotar al narcotráfico, lo seguiremos haciendo”, dijo. Sin embargo, aclaró que por ahora no hay conversaciones al respecto, y que Colombia siempre “ha sido cuidadosa”, por lo que no asumirá posiciones desafiantes con los países vecinos al amparo de su alianza con Washington.Ecuador no renovará la base militar que Estados Unidos mantiene en el puerto ecuatoriano de Manta y el embajador estadounidense en Colombia, William Brownfield, sugirió la semana pasada que esa base en el Pacífico sea trasladada al departamento colombiano de La Guajira, fronterizo con Venezuela.El presidente venezolano Hugo Chávez rechazó tal posibilidad en su frontera, y advirtió que de concretarse reclamará la soberanía sobre parte de ese territorio que, dijo, en el pasado perteneció a Venezuela.Uribe anunció, además, que Colombia, no va a participar en un Consejo Sudamericano de Defensa, una propuesta de Brasil , que debería crearse en el marco del UNASUR, cuya cumbre se inicia hoy en Brasilia, donde se planteará la formación del que sería el primer organismo militar panamericano sin presencia de Estados Unidos. Una idea que no gusta nada en Washington. Esta iniciativa brasileña surgió del incidente del ataque colombiano a un campamento guerrillero en suelo ecuatoriano, y ha sido bien recibida por al menos diez países de la región.
El mandatario colombiano agregó que hará todo lo posible "para fortalecer la ayuda de los Estados Unidos" parea derrotar el narcotráfico. Aclaró que "no se ha hablado" con Estados Unidos sobre la construcción de una base, y por lo tanto tampoco de que vaya a ser instalada en la frontera con Venezuela, pero tampoco negó esa opción. Para la senadora y ex ministra colombiana de Defensa Martha Lucía Ramírez, la instalación de una base sería objeto de un detallado análisis y consultas no sólo con la parte militar sino "con todo el análisis político que eso supondría". Ramírez considera que de llevarse a cabo un proyecto así, a "uno no le debería dar tanta preocupación de lo que digan los vecinos".
Uribe, un extraño en UNASUR
Álvaro Uribe anunciaba ayer que no presidirá la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) antes de viajar a Brasil, donde participará de la Cumbre de este organismo. Uribe explicó que ya adelantó a Lula Da Silva su intención. En declaraciones a RCN radio, explicó que mantendrá una reunión bilateral con el presidente de Brasil, pero reconoció no tener deseos de viajar.
Uribe sostuvo que el probable presidente de la Unasur será Chile y no Colombia por la crisis política que se vive en la región tras el ataque militar colombiano contra Ecuador.

La Cumbre que hoy se inicia en Brasilia puede calificarse de hecho histórico. Los jefes de Estado de 12 naciones firmarán el Acuerdo Constitutivo de la Unión de Naciones Suraméricanas UNASUR, cuyas bases se vienen estableciendo desde 2004 a instancias de Venezuela, Uruguay, Argentina, Brasil, Bolivia y Ecuador.

Sus áreas de acción, definidas en 2005 son el diálogo político, la integración física, el medio ambiente, la integración energética, los mecanismos financieros suramericanos, las asimetría, la promoción de la cohesión social, la inclusión social, la justicia social y las telecomunicaciones. Y una alianza militar sin EE.UU.

En abril de 2007 los presidentes acordaron firmar el tratado final en la cumbre que debería haberse celebrado en Colombia en diciembre de 2007. Y ahí es donde Uribe comenzó a dar largas. Tras varios aplazamientos, la cancillería colombiana fijo el encuentro para el 28 y 29 de marzo en Cartagena de Indias. Pero la agresión el ataque militar colombiano contra territorio de Ecuador enturbió de nuevo el ambiente. Brasil, entonces, movió todos sus hilos para salvar la iniciativa logrando un consenso para reunir a los 12 presidentes de Suramérica este 23 de mayo.

El Consejo Suramericano de Defensa

Punto crucial de la cumbre fundacional de UNASUR será la creación de un Consejo Suramericano de Defensa, en momentos en que Estados Unidos decide restablecer la IV Flota militar en los mares de América Latina y que entrará a operar plenamente en julio próximo. Dicha flota nació en 1943, durante Segunda Guerra Mundial, para reforzar la defensa del continente contra ataques de aviones y submarinos alemanes y japoneses, pero fue disuelta cinco años después de terminado el conflicto.

El ministro brasileño de Defensa, Nelson Jobim, autor de la iniciativa y que en las últimas semanas visitó todos los países suramericanos para exponer la propuesta de integración militar, ya anticipó que el presidente Lula da Silva someterá la propuesta a los demás jefes de Estado de UNASUR.
El Consejo Suramericano de Defensa, según lo concibe Brasil, no supone una alianza militar convencional, como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sino un foro para promover el diálogo entre los ministerios de Defensa de la región.
La propuesta es crear un mecanismo de integración que permita discutir las realidades y necesidades de Defensa de los países suramericanos; reducir los conflictos y desconfianzas, y sentar las bases para la futura formulación de una política común de Defensa.
Jobim, al ser interrogado por el secretario de defensa norteamericano sobre qué pudieran hacer los EE.UU. frente a la creación del comando de defensa suramericano, contestó sin pestañear: "mantenerse a distancia".
El mecanismo, según el ministro, puede garantizar la estabilidad en una región codiciada por sus importantes reservas de agua, recursos energéticos y alimentos, así como "prevenir" situaciones como la crisis provocada por la reciente incursión de tropas de Colombia en territorio ecuatoriano.
En cuanto a la receptividad de la idea, Jobim dijo que ha recibido respuestas entusiastas de países como Venezuela, Ecuador y Chile, especialmente de los presidentes Hugo Chávez y Michele Bachelet, pero también dudas de otros.

Las cautelas de Uribe suenan a rechazo


Jobim indicó que el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, aunque fue "muy cauteloso", "no rechazó la propuesta" y prometió "estudiarla detenidamente", y agregó que el país andino tiene que tener en cuenta de que podría quedar aislado.

La presencia de Uribe, quien decidió asistir a última hora a la cumbre, quizá para no desoír el consejo de Jobim, va a ser muy incómoda, sobre todo de cara a la creación de este mecanismo de defensa. Prefiere mantenerse en la OEA y echar mano al desprestigiado Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca TIAR, creado en 1947, fruto de la guerra fría y al que México renunció en septiembre de 2002 sin que otras naciones siguieran el sabio paso.
En una entrevista publicada por The Miami Herald, el 22 de septiembre de 2002, apenas se conoció la decisión azteca, Uribe consideró necesario modernizar el TIAR, centrándolo en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, ya que, según su punto de vista, la mayor amenaza para la región es en la actualidad la violenta oposición interna.
Dos años más tarde, el 19 de noviembre de 2004 en Quito, en la VI Conferencia de ministros de defensa de las Américas, que contó con presencia del secretario norteamericano Donald Rumsfeld, el mismo que dirigió la invasión a Iraq, Jorge Alberto Uribe, ministro de defensa de Colombia, retomó la iniciativa de su mentor cosechando el mayor aislamiento en un foro de esa naturaleza.
Los ministros evitaron que EE.UU. y Colombia impusieran el criterio de convertir al continente en un bloque antiterrorista con el aporte militar de todos los países. Y menos tuvo eco la propuesta de Uribe de confeccionar una lista de organizaciones terroristas de la región que debían ser combatidas con el esfuerzo militar conjunto. Brasil señaló en aquella ocasión a través de su vicepresidente, José Alençar, que “las Fuerzas Armadas no pueden cambiar su papel constitucional de defensa de la soberanía para dedicarse al combate al terrorismo y los ilícitos transnacionales como el narcotráfico. “Es necesario que se mantenga el derecho de cada Estado de identificar sus prioridades”, recalcó.

Uribe ya ha optado por el aislamiento

Muchos se preguntaban si el presidente colombiano firmaría el tratado de constitución de UNASUR, si iba a firmar un tratado que crea una alianza militar de la que se descarta a EE.UU., el país que ha puesto todos sus ojos para el dominio de la región a través del Plan Colombia, y con una “ayuda” militar que pasa en la última década de los 6.000 millones de dólares. Si Uribe podría ser signatario del acuerdo a pesar del millar de asesores y militares norteamericanos que se mueven como Pedro por su casa en bases y guarniciones de Colombia, sabiendo que el eje doctrinal expuesto por Brasil, con el respaldo casi unánime de las cancillerías de Suramérica, no es integrar las fuerzas armadas de los dos países, sino de converger en una estrategia defensiva regional común, que tiene como uno de sus principales objetivos mantener a los militares de EEUU fuera de la región.
Y un día antes de viajar a una cumbre en la que no será arte ni parte, Uribe declaró que Colombia no integrará el Consejo Suramericano de Defensa, ni tampoco asumirá la Presidencia de UNASUR, como estaba previsto. "Colombia tiene dificultades para participar", justificó. "Colombia, en las presentes circunstancias tiene que dejar unos puntos de vista claros y no es el momento para que Colombia participe en esa oficina de seguridad", aseveró el mandatario. Prefiere no enemistarse con Washington y seguir recibiendo sus generosas dádivas.
Colombia, por decisión y financiación de los Estados Unidos, posee el primer ejército de la región, por su tropa y flota de helicópteros, con más de 400 mil hombres en armas y el mayor presupuesto de guerra del mundo per cápita.
El regreso de la IV Flota:
Un mensaje de guerra a América Latina
Por Raúl Zibechi.(*)


El próximo primero de julio, la Armada USA reactivará la IV Flota con la intención de " combatir el terrorismo", las " actividades ilegales " y enviar un "mensaje" a Venezuela y al resto de la región.
Se trata de la primera reacción por una proyección de largo aliento por parte de Washington, despues del ataque al campamento de las FARC ( en Ecuador) el mes de marzo último, que hizo temblar el tablero regional y puso en evidencia la debilidad de la superpotencia y el aislamiento de sus aliados en la región.
El comunicado del Pentágono, emitido el 25 de abril, pone en valor que la reactivación de la IV Flora - creada en 1943 para hacer frente a la amenaza de los submarinos nazis en el Caribe y América del Sur y disuelta en 1950- servirá para " demostrar el compromiso de USA y de sus aliados regionales".
La Flota será comandada por el Contralmirante Joseph D. Kernan, actual Jefe de Comando de la Guerra especial naval, y tendrá su base en Mayport, en Florida; dependerá del Comando Sur con base en Miami. Once navíos, de los cuales un porta-aviones y un submarino nuclear, constituyen el nucleo inicial de la flota.
La decisión del Pentágono interviene en un momento de particular tensión en América del Sur y de extrema volatilidad sobre los mercados de materias primas. No podemos olvidar que un tercio de las importaciones de petróleo de USA provienen de Venezuela, de México y de Ecuador, lo que hace que la región sea un espacio estratégico para mantener la supremacía económica y militar del principal país del planeta.
En segundo lugar, el Imperio viene de sufrir una serie de derrotas en la región: el triunfo de Fernando Lugo en Paraguay, la inminente creación del Consejo Suramericano de Defensa a petición de Brasil y de Venezuela, la consolidación del proceso conducido por Rafael Correa en Ecuador, que implica reveses para las multinacionales petroleras y mineras, y la consolidación de la independencia económica de un país como Brasil , que va a reforzar un Mercosur cada vez menos dependiente de economías del primer mundo, entre las más significativas.
A todo esto debemos agregar, en tercer lugar, las fuertes tendencias a la inestabilidad en la región, como lo muestran las recientes revueltas en Haití, el conflicto intenso por la hegemonía en Bolivia y la ofensiva de secto
res del gran patronato contra el gobierno de Cristina Fernández en Argentina.
Ante este panorama, en el cual la inestabilidad tiende a ser acentuada por la especulación feroz del capital que provoca alzas espectaculares de los precios de los alimentos, la reactivación de la IV Flota significa que los Estados Unidos apuntan a un intervencionismo de tipo aeronaval y no terrestre, como lo reconoce el analista conservador argentino Rosendo Framboisier ("La IV Flota y los submarinos de Chavez", 28 de abril 08 en "Nueva Mayoría")
En efecto, empantanado en Irak y en Afganistan, como está el Pentágono no dispone de fuerzas terrestres a "distraer" en otros teatros de operaciones. De allí su opción de fortificarse con medios aéreos y navales para controlar una región que promete ser más hostil. Pero el despliegue de la IV Flota no es solamente una advertencia, es sobre todo una amenaza.
Aunque Hugo Chávez haya declarado que "el viejo imperio no mete miedo ya", lo que es sin lugar a dudas verdad de manera general en la escena Latino Americana, concretamente Washington es todavía capaz de fabricar crisis, como lo demuestra estos días en Bolivia.
En ese país andino se instala una estrategia planificada de larga data, que pretende aprender de los "errores" cometidos en Venezuela, cuyo fracaso del Golpe de Estado de abril 2002 estuvo en la base de la radicalización del proceso.
En Bolivia, por el contrario, se pone en acción una estrategia menos estridente pero tan destructiva como el golpismo, basada sobre una demanda de autonomía que en realidad forma parte del proyecto estratégico de Evo Morales pero que es utilizada con fines opuestos: en vez de dar poder a los movimientos sociales y a la sociedad civil, busca blindar los intereses de la oligarquía de la provincia de Santa Cruz y frenar el pro
ceso de cambios comenzado por el gobierno de La Paz. El resultado, en los menos malos escenarios, es la fabricación de un proceso que puede llevar el gobierno de Evo a una crisis de Estado, que lo forzaría a negociar a la baja el programa de cambios o que provocaría su dimisión para evitar una guerra o la división del país.
En este momento, valdría la pena tener en cuanta las reflexiones del geógrafo US Davis Harvey, quien sostiene que el neoliberalismo se caracteriza por lo que él llama " acumulación de posesiones", dicho de otra manera, la apropiación de bienes comunes, empresas, y hasta Estados. En un artículo reciente ("El neoliberalismo como destrucción reactiva"), Harvey sostiene que para "restaurar el poder de clase" -amenazado por las rebeliones a partir de los años 60- se fabrican crisis para poder imponer las recetas neoliberales. Estas crisis pueden tomar formas muy diversas: golpe de Estado, como en Chile, en 1973; la invasión, como en Irak; o la amenaza de bancarrota, como se hizo con la ciudad de New York en 1975, para llevar al fracaso a los sindicatos municipales.
Lo cierto es que la acumulación por posesiones no puede hacerse sin violencia, material, simbólica, o las dos a la vez, en un proceso totalmente antidemocrático de imposición vertical de un modelo de sociedad. Ya no se trata solamente de defender los privilegios de una clase social, como ocurrió en los años 60 y 70 por medio de Golpes de Estado en toda la región. Digamos que esto era una táctica de "defensa" de los de arriba para mantener sus privilegios.
Ahora las cosas son enteramente diferentes: se busca remodelar el Mapa de la región y del mundo, para las multinacionales y el Imperio, desplazando poblaciones enteras de territorios donde hay riquezas naturales o allí donde el capital busca tierras para producir mercancías por medio de monocultivos. Y, para esto, barrer por medio de la corrupción, o de la fuerza, a los gobiernos que molestan.
La IV Flota es una pieza más de este engranaje
.
(*)Este artículo fué publicado en Marea Socialista -órgano del PSUV- el pasado 20/05/08

(Fuentes: Agencia PÚLSAR, AFP, DPA, Reuters, AP, El Universal-México, ANNCOL-Pacocol y Marea Socialista)

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