La Cumbre de la FAO , bautizada ya como"La Cumbre de la Vergüenza" ha puesto de manifiesto que la llamada 'Comunidad Internacional' no existe. Los países ricos hablan de luchar contra la pobreza, pero sólo se preocupan de mantener su nivel de riqueza y no aceptan el menor cuestionamiento ni aceptan su parte de responsabilidad en la hambruna que asuela al mundo.
La carestía alimentaria, sin precedentes históricos, ha dado lugar a un nuevo orden político mundial según el cual cada país trata de asegurarse su pedazo del pastel y se preocupa poco por el resto. Lo dijo Lester Brown, fundador del Earth Policy Institute.
Expresiones de inseguridad alimentaria, como las restricciones a las exportaciones impuestas por países productores de granos, constituyen presagios de "un capítulo enteramente nuevo", dijo Brown a la prensa extranjera en Beijing. "Estamos en medio de la más severa crisis alimentaria en la historia mundial", señaló. "Se trata de una situación crónicamente tensa, un problema serio y a largo plazo."
Expresiones de inseguridad alimentaria, como las restricciones a las exportaciones impuestas por países productores de granos, constituyen presagios de "un capítulo enteramente nuevo", dijo Brown a la prensa extranjera en Beijing. "Estamos en medio de la más severa crisis alimentaria en la historia mundial", señaló. "Se trata de una situación crónicamente tensa, un problema serio y a largo plazo."
Los políticos reunidos en la cumbre de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que terminó este jueves en Roma, fueron incapaces de ponerse de acuerdo y acordar soluciones al encarecimiento de los alimentos y la mortífera hambruna causada por la escasez. Pero muchos países ya están actuando unilateralmente para asegurarse el suministro para el futuro. Desde África hasta Asia, muchos países buscan comprar o arrendar tierras en el exterior para cultivar y alimentar a su población.
China, el país más poblado del mundo, lleva la delantera: ya explota haciendas en Tanzania, Laos, Kazajstán, Brasil y otros. India ha puesto la mira en Uruguay y Paraguay. Corea del Sur negocia acuerdos agrícolas con Sudán y Siberia. Libia y Egipto, por su parte, hacen lo mismo con Ucrania. Lo preocupante, según Brown, es que "los países más influyentes sean capaces de asegurarse suministros alimentarios, dejando a países pobres y menos poderosos sin alimentos que importar". "Esto podría sembrar la desesperación en cantidad de países", dijo.
La ONU señala que el encarecimiento de los alimentos básicos como el arroz y otros cereales podría afectar a alrededor de 100 millones de las personas más pobres del mundo. En Asia, el precio del arroz, el alimento básico de la región, casi se triplicó sólo este año, llevando a muchos gobiernos a prepararse. Para proteger a sus consumidores internos, India, Vietnam, Indonesia y China restringieron las exportaciones.
Este año China experimentó su primer déficit comercial de granos en décadas, y comenzará a fijar impuestos a las exportaciones que oscilarán entre cinco y 25 por ciento. A medida que se desencadenaba la actual crisis alimentaria, el papel de China como principal productor y consumidor mundial de granos ha quedado bajo un escrutinio cada vez mayor. Políticos de todo el mundo miran con aprensión a China, que debe alimentar a 1.300 millones de personas, preocupados de que cualquier cambio en la histórica política de autosufienciencia del país tenga un efecto tremendo en el mercado mundial de granos.
Para el primer ministro chino Wen Jiabao la prioridad de China es alimentar a su propia población, y dice que ésa será "la mayor contribución" de su país al mundo.
En 2007, China produjo más de 505,5 millones de toneladas de granos, casi el nivel del consumo anual de la nación, de 510 millones de toneladas, según estadísticas oficiales. Los funcionarios chinos manifestaron que mantendrán estable la producción nacional de granos en más de 500 millones de toneladas, para hacer frente al aumento mundial de esos precios. Pero analistas señalaron que esa medida sería de poca ayuda para enlentecer el encarecimiento mundial, pues este país ya es un importador neto de granos. El año pasado, China importó 31 millones de toneladas de granos, 22 millones más de lo exportado. La mayoría de las importaciones fueron de soja. "Los chinos sacrificaron su autosuficiencia en soja a fin de preservar la tierra y el agua para los restantes cultivos", dijo Brown, pronosticando que sólo es cuestión de tiempo antes de que este país busque otros granos en los mercados del mundo. "China sólo necesita importar 10 por ciento de su consumo de granos para influir mucho en los mercados", sostiene.
El impacto de la reducción de exportaciones de Asia ya se hizo ver en los disturbios en África y Haití, que dependen de importaciones de alimentos baratos. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos pronostica que los altos precios y las restricciones a las importaciones reducirán nueve por ciento el volumen de arroz comerciado internacionalmente en 2008, lo que disparará aun más los precios.
La Cumbre desecha las causas de la hambruna
La declaración final de la Cumbre sobre Seguridad Alimentaria de la FAO fue adoptada sin el apoyo de Argentina, Venezuela, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Bolivia, que objetaron que en el documento no estaban reflejados los principales factores que han causado la crisis mundial alimentaria. Esos países señalaron como causa de la crisis en el suministro de alimentos a los elevados subsidios y las políticas agrícolas aplicadas por los países desarrollados. Según la cadena Telesur, la delegación argentina fue la primera en criticar la declaración, aprobada íntegramente por los demás bloques, y lamentó que muchos de los representantes decepcionaran y traicionaran a sus propios presidentes, que días antes habían expuesto formas muy distintas para solventar la hambruna que padecen más de 862 millones de personas. "Desgraciadamente han defraudado y han borrado con el codo lo que sus mandatarios declararon esta misma semana", fustigó. Según Argentina, la declaración parte de "criterios equivocados" e ignora la responsabilidad, que había sido expuesta por varios jefes de Estado y por el director de la FAO, Jacques Diouf, de las políticas agrícolas que durante los últimos 60 años han aplicado los países desarrollados como consecuencia de la falta de inversión de los que están en vías de serlo. "Los elevados subsidios a la producción, a la exportación y la aplicación de barreras exorbitantes al comercio, así como las condicionalidades impuestas por organismos financieros internacionales a países en desarrollo son la principal causa por la que no se han enviado las correctas señales de precios para que los agricultores en los países pobres mantuviesen su dedicación a la agricultura y que otros países competitivos hayan podido aumentar los suministros de alimentos al mundo", explicó. Todos estos vacíos "impiden" a Argentina estar en condiciones de "acompañar la declaración", reiteró. "La falta de referencias expresas a la responsabilidad de los subsidios a la agricultura y de las distorsiones de los países desarrollados a criterio de la República Argentina y la simultánea referencia a medidas coyunturales de menor impacto sobre los precios agrícolas mundiales y sobre el nivel de los suministros impide que la República Argentina esté en condiciones de acompañar la declaración", finalizó. La delegación de ese país suramericano se solidarizó con los miles de personas que no tienen qué comer. Venezuela, por su parte, lamentó que la redacción final adoleciera "del más estricto y genuino espíritu humanitario" y que se pretende hacer pasar al problema del hambre como una crisis coyuntural, cuando realmente es un problema estructural ligado al sistema capitalista y su modo de producción y consumo. "Perdimos una oportunidad en dar un salto firme y claro para luchar contra un flagelo, que no es una crisis como se pretende señalar coyuntural (...) la hambruna en el mundo es un problema estructural que está absolutamente vinculado a los modos de producción y de consumo", expuso el portavoz venezolano. Venezuela consideró que ante la ausencia de "compromisos claros" para proteger el derecho internacional y la búsqueda de la justicia e inclusión social, la declaración final se traduce en un "retroceso significativo". Para Caracas, el escrito es "más de lo mismo" pues es el resultado de la imposición de Estados Unidos que siempre aplica la "dominación unilateral" y no permitió que se incluyera la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el único documento legal vinculante que brinda protección a la economía de los países en desarrollo y exige a los más poderosos enfrentar certera y eficazmente la lucha contra el hambre. "El único documento que protege a los países en desarrollo para preservar su economía, promover la agricultura y exigirle responsabilidades a los que siempre han impactado negativamente al medio ambiente no fue incluido", reflexionó el delegado venezolano. "Si el documento que demostraba el real compromiso de los países poderosos de siempre a dar pasos agigantados para enfrentar de manera certera y eficaz la lucha contra el hambre y garantizar el derecho a la alimentación. ¿Ustedes creen que este es un compromiso legal?", preguntó. "Venezuela no bloqueará el consenso, sin embargo no tenemos mucho que celebrar", añadió. En todas las intervenciones, los delegados de estos países latinoamericanos dejaron bien en claro que no obstaculizarían la adopción del texto final pero que expresarían sus observaciones en documento separado.
Sociedad civil pide representación en la Conferencia de la FAO
Agricultores de la organización Vía Campesina de todo el mundo han seguido en Roma el encuentro. En un comunicado,denunciaron que en la Cumbre no estuviera representada la sociedad civil . El movimiento campesino recuerda a los gobiernos y a las instituciones internacionales que la actual crisis de alimentos y de cambios climáticos no es el resultado de ningún desastre natural inesperado. "Son el fruto de décadas de ‘liberalización’ del comercio y de la integración vertical de la producción, del procesamiento y de la distribución por las grandes empresas agrícolas. Por lo tanto, los gobiernos deben asumir toda la responsabilidad y tomar medidas radicales para resolverla", afirman.
Vía Campesina cree que la mercantilización de los alimentos, sujetos a la ambición de lucros y a juegos financieros, es una de las causas del alza de los precios de los alimentos básicos. "Ahora la producción de alimentos compite con la de agrocombustibles, lo que empeora la crisis. Los gobiernos están desmantelando las políticas agrarias que apoyaban la producción de alimentos y ahora apoyan a las transnacionales que produzem semillas, pesticidas, fertilizantes y alimentos, para que sigan fortaleciendo su control sobre la cadena alimenticia".
Vía Campesina cree que la mercantilización de los alimentos, sujetos a la ambición de lucros y a juegos financieros, es una de las causas del alza de los precios de los alimentos básicos. "Ahora la producción de alimentos compite con la de agrocombustibles, lo que empeora la crisis. Los gobiernos están desmantelando las políticas agrarias que apoyaban la producción de alimentos y ahora apoyan a las transnacionales que produzem semillas, pesticidas, fertilizantes y alimentos, para que sigan fortaleciendo su control sobre la cadena alimenticia".
Los pequeños productores de alimentos también critican la "Nueva Revolución Verde" y las semillas genéticamente modificadas. Defienden también una producción sustentable de alimentos en pequeña escala y en los mercados locales: "Esto permitirá que los suelos se regeneren, al mismo tiempo que economizará combustible y reducirá el calentamiento global. Además, dará empleo a millones de agricultores, pescadores, pequeños criadores de ganado y a todos los que están alimentando a la población del mundo".
La Cumbre de la vergüenza
Por Jorge Gómez Barata(*)
Cualquiera diría que el hambre acaba de ser descubierta y que los ahítos países europeos la desconocen. Al buscar causas puntuales se oculta el hecho de que la mayor hambruna afrontada por la humanidad ocurre en momentos en que el balance mundial de alimentos y las capacidades para producirlos arrojan excedentes como para alimentar a otro planeta. Nadie recuerda ahora que las grandes hambrunas no surgieron en el Tercer Mundo, sino todo lo contrario. Envuelta en coyunturas históricas que propiciaron el aumento de la población y la urbanización acelerada, Europa se tornó incapaz de alimentar su población que durante siglos fue diezmada por el hambre. En los mil años que median entre 850 y 1850 ocurrieron en Europa más de 500 grandes hambrunas que ocasionaron millones de muertos. Las causas de tales fenómenos se relacionaron sobre todo con la incapacidad del modo de producción feudal para dar respuestas al crecimiento de la población. El hambre figura entre las razones por las que los europeos se rebelaron frente a la nobleza y apoyaron a la burguesía en la lucha antifeudal.
La solución llegó de América con el maíz, los frijoles, el tomate, el pavo pero sobre todo con la papa y de la propia Europa que al establecer nuevas relaciones de producción produjo cambios estructurales capaces de aumentar la producción y producir los alimentos necesarios. No obstante, todavía en 1845 la perdida de la cosecha de papas en Irlanda ocasionó un millón y medio de muertos, dio lugar a la emigración en masa a Estados Unidos, diezmando la población de la Isla que descontenta se sublevó contra la dominación británica. Para hacer frente a aquel desastre Inglaterra importó alimentos de la India.
Uniendo a su cultura agrícola, el dinamismo aportado por el modo de producción capitalista y el saqueo de las colonias, entre otras cosas de su biodiversidad, los europeos avanzaron en la solución de la carencia de alimentos y, con la obtención de abonos formados por el salitre y el guano de Sudamérica, desterraron el hambre.
La inmensa mayoría de las naciones reunidas en la Cumbre de Roma, al menos en términos de subsistencia son capaces de producir los alimentos que necesitan y de generar los recursos para adquirir aquellos que no pueden producir. Entre los países pobres figuran algunos productores de petróleo, diamantes, oro, plata, uranio, bauxita, coltán, cobre y otros materiales con suficiente valor como para financiar políticas de desarrollo agrícola. Algunos de ellos exportan alimentos.
Las causas del hambre no son coyunturales, sino estructurales, no son exclusivas de un país y ni siquiera consustanciales al sistema. Al capitalismo no le interesa que la gente muera de hambre, sino que compren. El problema estructural y sistémico es de otra naturaleza por derivarse del subdesarrollo, un fenómeno inducido por el colonialismo y el neocolonialismo.
¡Nadie! Ni siquiera los literatos más inspirados, los narradores más imaginativos o los técnicos más competentes, pueden describir el hambre que debilita, desfigura, humilla y mata. Nadie tiene sensibilidad para colocarse en el lugar de una madre que impotente para mitigar el hambre de sus crías que debilitadas por la falta de alimentos gimen y mueren en medio de atroces sufrimientos. Cada una de los mil millones de personas que padecen hambre, debía ser un motivo de vergüenza para las civilizaciones.
El drama de los hambrientos es tanto más trágico porque ellos no hablan ni actúan por si mismos. Son demasiado pobres y demasiado débiles para gritar y rebelarse. Los hambrientos son también los analfabetos y los enfermos que no interesan a los políticos porque no votan ni eligen, no sirven para la guerra, ni siquiera como carne de cañón y de tan grande que es su desdicha ignoran que son el eje de una tragedia universal.
Las grandes televisoras de Europa y los Estados Unidos recomiendan a sus productores, no abusar de las imágenes de los hambrientos del Sahel, Etiopia, Tchad, Mauritania, Haití y otros lugares donde además de no haber comida tampoco hay agua, techo donde cobijarse, lechos donde descansar, médicos ni medicinas. Algunos sitios de Internet, al mostrar fotos e imágenes filmadas advierten a los espectadores que las escenas no son apropiadas para los jóvenes y los niños. Muchos europeos, incluyendo a los gobernantes, se relacionan con los cuadros de pobreza extrema vigentes en el Tercer Mundo, únicamente por las imágenes de los hambrientos que huyen y desesperados arriban a sus costas, donde son recibidos por patrulleros equipados con mascaras y guantes diseñados para la guerra biológica, que los protegen de los olores nauseabundos de la pobreza.
(*)Profesor universitario, investigador y periodista cubano. Artículo publicado en Argenpress.info
(Fuentes:IPS, Adital, ABI-Agencia Boliviana de Información y Argenpress)
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