La fiscal actuante en el caso, Mirtha Guianze, dice que ayer fue "un día histórico" porque tanto más importante que juzgar al último presidente de facto durante los años de la dictadura (1973-1985) es "el rescate de la memoria".
El abogado Óscar López Goldaracena, patrocinador de la denuncia contra Alvarez y los ex capitanes de navío Juan Carlos Larcebeau y Jorge Tróccoli, apuntó que "todo un pueblo quiere construir un Estado de Derecho basado en la justicia, sin lugar para dictaduras ni dictadores". Pero agrega que, "independientemente de la responsabilidad penal de Alvarez, aquí no hay nada para festejar, porque se trata de saber dónde están los desaparecidos". López Goldaracena indica que "la indagatoria debe seguir y el gobierno debe exigir a los militares subalternos para que den información y pueda conocerse el destino de los desaparecidos". Y añade que el fallo "significa un avance sustancial para consolidar el Estado de derecho y que nunca más haya en Uruguay dictadura y violaciones a los derechos humanos".
López recalcó que el procesamiento de Alvarez, Larcebeau y Tróccoli por el delito de desaparición forzada no habría sido posible sin la participación de las organizaciones que apoyan la búsqueda de justicia. Juan Andrés Roballo, diputado de la gobernante coalición del Frente Amplio, dice que "es un día muy importante porque tiene que ver con el ordenamiento jurídico, del Uruguay democrático y de una cultura basada en el respeto a los derechos humanos y la condena al autoritarismo". El coordinador de la bancada oficialista señala que "más allá que no significa el final del camino, es un procesamiento emblemático".
Por su parte, el general (r) Oscar Pereira afirma que con el procesamiento con prisión del trío "se están saldando los sucesos más traumáticos de la historia uruguaya".
Refiriéndose en particular a Alvarez, Pereira señala que "el hombre más representativo de lo que fue la dictadura (...) debe asumir sus responsabilidades ante la sociedad a través del Poder Judicial".
Y hoy, celebración en las calles
En cuanto se conoció la decisión del juez Luis Charles de procesar con prisión al ex dictador, la Coordinadora por la Anulación de la Ley de Caducidad llamó a la ciudadanía a asistir esta noche, en Montevideo, a un acto en apoyo a ese fallo, en la céntrica plaza Libertad.
La convocatoria es respaldada por el Plenario Intersindical de Trabajadores-Convención Nacional de Trabajadores (PIT-CNT), la central obrera uruguaya, y por diversas organizaciones sociales y de defensa de los derechos humanos.
Alvarez, Tróccoli y Larcebeau serán enjuiciados por su presunta responsabilidad en los traslados clandestinos de presos políticos uruguayos desde Argentina entre 1977 y 1978, posteriormemnte desaparecidos. De ser encontrados culpables, podrían ser condenados hasta a 25 años de prisión. Durante 1977 y 1978, Álvarez ejerció el comando general del Ejército. En septiembre de 1981, asumió la presidencia de facto.
En 2006, se escabulló
Al ser interrogado por los periodistas, aseguró que no estaba arrepentido de sus acciones y aclaró que no pedirá "perdón" a los familiares de las víctimas. Durante la dictadura, miles de personas fueron detenidas y sometidas a torturas, y, según documentos de organizaciones humanitarias, 200 opositores desaparecieron y un centenar de presos murió en las cárceles. El ex dictador dijo en un reportaje reciente al semanario Búsqueda que morirá en la cárcel y que tiene "la conciencia tranquila como gobernante y militar".
Prisión a un ícono de la dictadura
El ex dictador durmió anoche por primera vez en la cárcel especial construida para responsables de violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura, en la que están alojados desde mayo de 2006 otros ocho represores. El ex comandante en jefe del Ejército es el reo de mayor rango.
Ayer, Charles también procesó por el mismo delito al marino retirado Juan Carlos Larcebeau Aguirregaray -detenido en Colonia-, y pidió la captura de otro marino retirado, Jorge Néstor Tróccoli Fernández.
La denuncia contra los mandos del gobierno militar que terminó en el procesamiento de Álvarez, se presentó el 16 de mayo por familiares de uruguayos detenidos en Argentina y trasladados clandestinamente a Uruguay en 1978. En junio el Poder Ejecutivo dejó este caso fuera de la ley de caducidad.
"Los hechos denunciados se ubican en el período dictatorial cívico militar, comprendido entre los años 1973-1985 y responde a la coordinación operacional de las cúpulas de los gobiernos de hecho -denominada Plan Cóndor- que regían en los países del Cono Sur de América, es decir Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay, cuyo objetivo central era el seguimiento, vigilancia, detención, interrogatorios con apremios psicofísicos, traslados entre países y desaparición o muerte de personas consideradas por dichos regímenes como `subversivas del orden instaurado o contrarias al pensamiento político o ideológico opuesto o no compatible con las dictaduras militares de la región", dice el juez
El "nivel de relacionamiento entre los países" y la documentación obtenida, le llevan a concluir a Charles que hubo "participación de los máximos estamentos del poder de cada uno de los Estados, al extremo que la mencionada coordinación regional formaba parte de la política estatal uruguaya, al igual que de los restantes países" del Plan Cóndor.
El juez agrega que en el marco de la coordinación de las fuerzas represivas de Uruguay y Argentina, se practicaron un número no determinado de traslados de personas detenidas en ambos países.
"No es ilógico deducir coherentemente que no podía existir información desconocida ni secreta para él (Álvarez), por su condición de jerarca máximo del Ejército Nacional", afirma el juez en su escrito.
En este sentido, recuerda que Álvarez, en su condición de comandante en jefe del Ejército desde el 1° de febrero de 1978, emitió la orden 777/78 en la que asume "la responsabilidad por todos los hechos de sus subordinados vinculados a la lucha contra la subversión". El juez agrega que por integrar Álvarez en 1978 la Junta de Comandantes en Jefe, "no podía desconocer la conducción de la política de gobierno en materia de lineamientos, coordinación y cooperación con otros gobiernos en la llamada `guerra contra la subversión`".
"El escudo de silencio, levantado por indagados y testigos militares, con sus tres puntas fundamentales, esto es, `no tengo conocimiento`, `yo era administrativo` y `el responsable está muerto`, cede ante el derecho-deber a saber, el cual no pertenece a personas individuales, ni siquiera a familias directamente afectadas, sino a la sociedad en su conjunto", afirma Charles.
Charles agrega que la noción de "crimen contra la humanidad" no quedó "congelada en el Estatuto de Nuremberg" -que juzgó a los criminales de guerra nazi- sino que "evolucionó, se perfeccionó y logró autonomía" y se "materializó en un principio de derecho internacional general con rango de jus cogens, por el cual el castigo a los autores de crímenes contra la humanidad devino un imperativo universal".
El juez sostiene que "la práctica sistemática de torturas, desapariciones forzadas y homicidios, respaldada ideológicamente por la doctrina de la seguridad nacional, constituye un `crimen de lesa humanidad`".
En su escrito, se refiere a un "aparato organizado de poder", y cita a Julio César Strassera, fiscal en el juicio a los miembros de las juntas militares de Argentina, cuando dice que se trata "de un tipo de organización con un centro de decisión desde el cual se imparten las directivas". Es por eso que Charles sostiene que corresponde en este caso el concepto de "autor intelectual", porque "los mandos determinan a otros a cometer el delito, ya sea por la pasividad de su control en la legalidad de las acciones, ya sea por la implementación, planificación y dirección de los opera- tivos".
En ese sentido, recuerda que el 18 de mayo de 2006, Álvarez y otros ex comandantes en jefe del Ejército, dieron a conocer una carta en la que asumen la responsabilidad "por acción u omisión" de "las eventuales consecuencias por los actos del servicio" cumplido durante el gobierno de facto.
"Lamentablemente soy un sobreviviente del Ejército. Están todos muertos".
"Yo enfrentamientos con los subalternos nunca tuve. Los mandos que yo conozco todos son responsables de lo que han hecho, de las órdenes que han dado".
"El jefe es responsable de lo que hace y de lo que se deja de hacer. Como en aquella época el Ejército estaba siendo acosado por la prensa y por todos los sectores políticos e ideológicos, alguno se tenía que hacer responsable: el comandante en jefe".
"Cuando pierda la libertad física voy a hablar de todos los temas".
(Frases de una entrevista con Búsqueda el 6 de diciembre)
(Fuentes: Prensa Latina, Agencia PÚLSAR, ANSA-Latina y El País-Montevideo)
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