El presidente Daniel Ortega, afirmó el miércoles que en Nicaragua es "completamente inadmisible y un crimen" producir etanol derivado del cultivo del maíz, aunque indicó que sobre esto no tiene discrepancias con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva."Nuestra posición ha sido bien clara. Hemos dicho que es inadmisible que en Nicaragua se produzca etanol derivado de la producción de maíz, eso es un crimen, es atentar contra un producto básico en la alimentación del pueblo nicaragüense", dijo Ortega ante la prensa, teniendo a su lado al presidente Lula da Silva. "Trato de despejar cualquier duda que se pueda plantear sobre el tema (del etanol) ya que sobre esto, algunos medios de prensa han estado especulando y dando a entender que nos vamos a pelear y enfrentar por el tema del etanol, eso es absurdo", dijo Ortega. A este respecto, Lula manifestó que "no es la primera vez que llego y que existe un clima de divergencia política. Yo nunca me molesté, porque si hay diferencias tienen que ser explícitas y si no las hay también debe quedar claro"."La política de agrocombustibles está subordinada a la realidad de cada país, a las condiciones de cada país, al tamaño de cada país, a las necesidades alimentarias de cada país y por tanto, cada país es soberano para tomar sus propias decisiones", agregó .Ortega afirmó que con Lula da Silva no tenemos discrepancias sino que coincidencias sobre el tema del etanol. La diferencia "no es con Lula, sino con Bush, que ha salido con una iniciativa absurda que atenta contra los derechos alimentarios de pueblos latinoamericanos y africanos que somos grandes consumidores de maíz".
Palma africana para etanol, pero con controles
Ortega explicó que su gobierno apoya el cultivo de la palma africana no pensando en el combustible sino en la producción de aceite para cocinar, aunque últimamente se considera la producción de agrodiesel con la siembra de esa planta. Agregó que a los inversores les ha puesto la condición de no arrancar un solo árbol para sembrar la palma africana y que esta sea cultivada en zonas donde el bosque ha sido talado. Además que se adopten medidas para recuperar la biodiversidad y en defensa del medio ambiente con corredores donde se siembren árboles de la zona combinando los cultivos con la palma africana. Añadió que los empresarios que producen etanol a partir del caña de azúcar en el Ingenio San Antonio, en el occidente del país, lo exportan a Europa y que éstos les ha dicho que lo ideal sería que se utilizara en Nicaragua para mezclarlo con la gasolina en un dos por ciento.Ortega criticó que los empresarios exporten todo el etanol a Europa y señaló que hay que trabajar en la dirección de que se incorpore el etanol a los combustibles en Nicaragua."Son temas que hay que abordar pero sin poner en peligro la diversificación de la producción agropecuaria y no caer con facilidad en el monocultivo en Nicaragua cuando algunos productos obtienen buenos precios en el mercado internacional".
El presidente Lula da Silva, por su lado, defendió su visión respecto a la producción de etanol, como una verdadera opción al problema energético que es común a todos los países tanto de Europa, Africa, Estados Unidos o América Latina. Lula dijo que no todos los países tienen capacidad económica y recursos para cambiar su matriz energética en base a petróleo, energía nuclear, gas o carbón, pero sí pueden hacerlo a partir de la producción de biocombustibles."Brasil está dispuesto a discutir con Nicaragua darle financiamiento, participación de empresas y construir hidroeléctricas en Nicaragua", prometió Lula. Enfatizó que el problema de la energía en todo el mundo, es algo muy serio en el Siglo XXI, y que esta crisis hay que discutirlas y buscar soluciones a partir de las características y potencialidades de cada país. Señaló que hay países que han agotado sus potencialidades para resolver el problema de la energía y han tenido que acudir a la energía nuclear, pero advirtió que esto no lo puede hacer todas las naciones por su alto coste. El mandatario brasileño coincidió con Ortega en que producir combustibles a partir de maíz en Nicaragua es como que Brasil lo haga a partir del frijol, "eso sería imposible, es necesario buscar otra planta", admitió.
(Radio La Primerísima-Nicaragua)
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No deseamos que América Latina se convierta en el Golfo Pérsico de los Biocombustibles.
La producción local de biocombustibles mediante recursos vegetales no comestibles en Latinoamérica, puede contribuir a mantener la soberanía en aspectos sobre energía. Sin embargo, la producción extensiva e intensiva en gran escala que requieren los mercados internacionales puede destruir completamente las bases de producción sustentable en comunidades rurales, donde las personas requieren mejorar su formas de vida mientras contribuyen en los esfuerzos para combatir los efectos del cambio climático.
Las consecuencias de producir biocombustibles para exportación hacia países ricos, a fin de que se mantengan los estilos de vida en esas sociedades, pueden generar condiciones severas y agravar los problemas de seguridad alimentaria; inequidad social; pobreza; cambio climático y degradación de los ecosistemas en Latinoamérica.
Los países Latinoamericanos pueden beneficiarse directamente de los biocombustibles que produzcan localmente en pequeña escala, sin destruir los ecosistemas. Pero se requiere optimizar las leyes y reglamentos sobre bioenergía para proteger a comunidades rurales y ecosistemas de las acciones voraces predadoras provenientes de corporaciones transnacionales con enorme ambición económica.
Los biocombustibles provenientes de vegetales no comestibles, pueden producirse localmente en para ser utilizados entre productores de comunidades agrícolas, pesqueras, ganaderas, etc. como combustible para tractores, maquinaria agrícola, barcos de pesca, generación de energía eléctrica, etc. La biomasa para obtención de biocombustibles debe producirse en suelos no aptos para el cultivo de alimentos.
Jorge A. DelaVega L.
j.delavegal@gmail.com
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