



-En el campo de la salud, las pérdidas ascienden a 30 millones de dólares. Así, el Instituto Cubano de Oftalmología “Ramón Pando Ferrer” no pudo adquirir un equipo para el estudio de la retina comercializado por la empresa Humphreys-Zeiss así como el medicamento Visudyne distribuido por la multinacional Novartis. Del mismo modo, los laboratorios Abbot se negaron a vender el anestésico Sevorane destinado a los niños. El Departamento del Tesoro también prohibió la venta de válvulas protésicas destinadas a los niños que sufren arritmia cardíaca.
Niños enfermos, víctimas del bloqueo. El caso de José Miguel

José Miguel recibe los cuidados de su madre Yaima Boligan y las esmeradas atenciones del centro asistencial. Pero ambos desearían estar ya en su casa. Hace varios meses que podrían estar, si no fuera porque el bloqueo de Estados Unidos impide a Cuba la compra de un ventilador mecánico, imprescindible para la subsistencia del pequeño.
“La vida del niño depende de este equipo, ya que él no puede valerse por sí solo como consecuencia de su enfermedad, por lo que debe permanecer en el hospital hasta tanto no se adquiera un ventilador mecánico para él", dice la doctora Guerrero.
"Estos equipos -añadió- son extremadamente caros en el mercado internacional, donde son valorados entre los 30 mil y 45 mil dólares; si nosotros no estuviéramos bloqueados podrían adquirirse a precios más bajos”, y agregó que gracias a las gestiones del Ministerio de Salud Pública de Cuba otra niña camagüeyana,aquejada de igual padecimiento, ya cuenta con esta tecnología en su residencia.
Yaima Boligan Echemendía, la madre del pequeño José Miguel añade que “si el bloqueo no existiera este equipo podría comprarse en Estados Unidos, que está a pocas millas de distancia; sin embargo ha habido que acudir a países más lejanos, y por tanto el regreso a casa del niño se ha demorado".
La lucha de Dieguito, un niño enfermo de once meses

“Lo más grave es que cada vez que se necesita una de estas medicinas hay que salir corriendo porque no se consiguen en menos de cuatro semanas”, afirma el doctor Carballés, vicedirector del hospital. El proceso es complejo porque se debe buscar un tercer país que lo proporcione, en muchas casos casi de forma clandestina, porque “si alguna institución le proporciona el medicamento a Cuba se arriesga a que después Estados Unidos no le venda más el producto”,dice el facultativo.
Dieguito fue reingresado el 18 de septiembre y reintervenido el 25 debido a que el hongo, que no se pudo tratar con el segundo medicamento necesario.Tras veinticinco días intubado, se le yuvo que hacer una traqueotomía, que mantiene todavía, siete meses después.
El medicamento seguía sin llegar por lo que su infección no cedía y hubo que intervenir de nuevo su corazón el pasado 25 de septiembre. El antimicótico llegó hace tan sólo doce días y hoy Dieguito se va de alta médica a casa.
Aunque los médicos son muy cautos en aventurar cuál hubiera sido la evolución con los dos medicamentos, es decir, sin el bloqueo que impidió lograrlos antes, pero consideran “que probablemente se hubiera evitado la segunda operación, hubiéramos tenido otra arma terapéutica, al no poder asociar los dos medicamentos, nos quedamos a mitad de nuestro objetivo”.
La madre de Diego , Letier Pérez, explica que “la cánula de la traqueotomía tampoco es la ideal, es de latex y hubiera sido mejor la de silicona, ello le produjo una lesión, un granuloma, que tuvo que necesitar tratamiento. Eso se hubiera evitado si Cuba hubiera podido adquirir las cánulas infantiles de silicona para traqueotomizados. Por otro lado, añade, “la dosis de los medicamentos se deben calcular a partir de la presentación de adultos, es el caso de la cefalosporina, lo que impide conseguir excipientes y sabores más acertados para el niño que no provocaran su rechazo o náuseas que han dificultado su administración”. Algo similar sucede con otros medicamentos, como analgésicos del tipo del ibuprofeno, que debe calcularse a partir de presentaciones para adultos.
Las sondas de aspiración, de uso frecuente para su traqueotomía, son complicadas de importar para Cuba, deben entonces reesterilizarlas en lugar de ser de un solo uso tal y como está prescrito. Todo ello influye en el incremento de infecciones y complicaciones como el granuloma. “Estoy convencido que sin esos inconvenientes Dieguito ya no tendría la tranqueotomía”, afirma la madre. Además, señala , “el bloqueo impide suministrar algunos minerales que requieren este tipo de enfermo, por ejemplo, el selenio”.
En cualquier caso, y pese a las dificultades, madre e hijo han vuelto ya a su casa en Matanzas. La señora Letier no se incorporará al trabajo aun, porque debe atender a su hijo. En Cuba, las madres tienen una licencia pagada de un año cuando tienen un niño y la licencia es de todo el tiempo que sea necesario, cuando el niño esté enfermo.
(Fuentes: Agencia PÚLSAR, ANSA-Latina, Terra Actualidad- EFE, Red Voltaire, Radio Cadena Agramonte-Camagüey y Rebelión)